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" — Mi trato con ella consiste en que ella me daría poder y yo le daría mi alma. No es tan complicado ¿Verdad alteza? Cómo usted, no pensé que fuera a irse por un periodo indefinido de tiempo. Pero en realidad, no sé la razón de porque ella se marchó de su lado; mi trato con ella no lo añade a usted, pero... Siempre hay huecos en los tratos de hoy en día. ¿Verdad?"

Lucifer estaba boca arriba, mirando el techo de su cuarto, lleno de patitos de goma que están hasta sobre la encimera dónde deberían estar sus libros, sobre el escritorio donde debería de estar trabajando como señor de los nueve círculos del infierno.

Pero estoy aquí, recordando palabras que pueden ser mentira solo por el simple hecho de que las dijo el demonio de la radio. — se giró sobre la cama, mirando ahora por la ventana hacia el infernal paisaje que le regalan sus súbditos.

¿Dónde estás, Lilith?

Ha buscado en todos los círculos a su amada esposa, pero no ha encontrado absolutamente nada. No hubo una señal de que ella haya estado en el infierno desde el día en que desapareció. ¿Quizás hay un lugar en el que no haya ido a buscarla? Cierto, hay dos lugares... El cielo y la tierra...

Descartó la idea de que pueda estar en el cielo, es imposible que ella lo haya dejado para ir al paraíso del que fue desterrada por su desobediencia... entonces, solo le queda una sola opción.

Debo ir a la tierra.

— Es verdad, no puedo... ¡La reunión de mí bebé es en unos días! — y por eso estará en el hotel hasta que vengan a supervisar las instalaciones.

Suspiró aburrido, no quiere trabajar.

Miró de reojo a sus patitos y sonrió. ¿Quizás deba hacer un nuevo diseño para el hotel? ¿Oh debería pedirle ayuda a su bebé y hacerlo juntos? Aunque Maggie pueda unirse y que los tres se lleven bien, a final de cuentas. La exterminadora retirada es la Omega de su hija y como un buen padre debe llevarse bien con ella.

— ¿Quizás deba decirle que lo agregue a su plan de redención? — sonrió un poco.

Toc toc toc.

La puerta sonó suavemente, como tanteando el terreno antes de tocar con más fuerza.

— Mi señor, soy yo, Alastor.

Lucifer alzó las cejas, mirando aún el techo.

— No se haga, soberano, sé que está ahí; acabo de oír su voz.

Mierda.

Gruñó a sus adentros y se levantó para abrir la puerta.

— ¿Qué quieres? — dijo bruscamente.

— Un buenos días no estaría mal, su gracia. — sonreía.

Lucifer comenzó a preguntarse muy seriamente. ¿Este ser no deja de sonreír ni por un segundo? Son preguntas que no lo dejan dormir por las noches.

Se hizo a un lado y lo dejó pasar. Alastor se quedó quieto, por no decir conmocionado de que le haya dejado entrar sin más. A sus adentros esto ya es un avance, uno que dice que sus esfuerzos están siendo recompensados.

— ¿Vas a entrar o te quedarás parado? — cuestionó de mal humor.

"Solo entra, no arruinemos esto."

Entró, mirando de cada tanto los patos de hule que están en toda la habitación, incluso en el techo podían verse algunos que volaban en parejas... ¿Esto es lo que Lucifer hace en su habitación? ¿¡No hace planes malvados para esclavizar a los demás círculos!?

Conquistaré a Lucifer. [Radioapple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora