23

3.8K 545 90
                                    

Después de una semana horrible para Alastor, finalmente es el día dónde será anunciado como consorte del rey.

La semana anterior, estuvo aguantando los constantes líos que el acompañante del príncipe Stolas creó solo para hacer que perdiera los estribos. Lo que más molesta al ciervo, es que estuvo a punto de lograrlo; pero no por lo que Husker pensó. El ciervo no se enfadó cuando rasgó su ropa, no se enfadó cuando escondió su bastón y no se enfadó cuando le dijo aburrido.

Pudo soportar toda esa maldita semana porque su omega, su rey estuvo con él en cada maldito momento en que casi asesinaba a Blitzo. El tipo no es molesto, es algo tardado, un poco estúpido pero aún así seguía siendo el amante de uno de los siete príncipes infernales. No puede hacer nada, al menos no hasta que Lucifer lo presente como tal.

— Alastor, ven aquí.

Lucifer llamó su atención y finalmente despegó la mirada de los papeles.

"¿Apesto de nuevo?" Dejó el papel y caminó hacia él.

Se arrodilló delante del soberano y escondió su rostro entre las piernas del rey, sus orejas están hacia atrás, y sus ojos se ven desorientados.

— Asfixiame majestad. — gruñó.

— Ha sido difícil para tí. — acarició sus orejas y estas se movieron en consecuencia — Sí el cachorro saca tus orejas ¿Saldrán agachadas o derechas?

Alastor sonrió ante la imágen.

Mirenlos, los dos que se odiaban ahora están imaginando al cachorro que aún no nace.

"Mi cortejo falló, el que se enamoró fui yo."

Ladeó el rostro, mirando al rubio sonreír como niño con un juguete nuevo. Acariciando con cuidado sus orejas para no lastimarlas, se veía tan perfecto, no cree que sea una broma eso de que él es el ángel más bello de la creación.

Ya hasta ronronea.

Lucifer alzó su rostro y besó sus labios.

— Tengo ganas de tí. — Alastor susurró contra sus labios.

Lucifer sonrió con picardía.

— ¿Aún si parezco un camello?

Alastor mordisqueó sus labios y suspiró profundamente.

Serías el camello más sexy del infierno. — apretó la cintura del soberano.

— Uoh... Vas en serio jajaja... — abrazo al alfa por los hombros — Te daré un premio si no lo hacemos hoy, mañana es la fiesta, si te portas bien y si no caes ante las provocaciones de ese diablito te dejaré hacer lo que quieras.

Alastor se humedece los labios.

— Es peligroso si me dejas hacer lo que quiera, Majestad. — Jadeó cuando chupó uno de los pezones del rey, los que ahora están un poquito más grandes debido a la producción de leche.

Lucifer sonrió juguetón.

— Soy el rey del infierno. ¿Creés que tengo miedo?

Hizo la cabeza hacia atrás, dejando su cuello libre para que su alfa pudiera devorarlo.

— Eso me encanta. — gruñó, clavando sus colmillos nuevamente en la marca que ya estaba cicatrizada.

Ambos sintieron como sus miembros reaccionaron ante ese sutil toque.

Su mordida es afrodisíaca, si no me detengo estaremos en celo una semana entera.

Alejó a Alastor, alfa que ya tenía los ojos nublados por él, su aroma se había vuelto dulce.

Conquistaré a Lucifer. [Radioapple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora