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"— ¡Devuélveme a mi marido!"

Un dolor de cabeza azotó de golpe cuando apenas abría los ojos, desorientado por el lugar en el que se encontraba; el rey no tardó en reconocer su habitación en el Hotel Hazbin de su hija.

"— ¡Lucifer es mío!"

Se estremeció cuando una mano se enganchó alrededor de su cintura. Por unos momentos se asustó, pensando que su ex reina estaba con él. Sus ojos buscaron rápidamente el rostro de esa persona, pero suspiró de alivio cuando la cara de su alfa pelirrojo fue captado por sus pupilas.

La habitación está a oscuras, y pese a ello, puede ver qué su hija duerme en uno de los sillones con uno de los patitos de hule que suele hacer.

Pero ella está demasiado lejos como para poder apreciar la forma en que duerme. ¿Seguirá viéndose como un ángel? ¿Cambió de alguna forma? Esas y más eran las preguntas que comenzaron a brotar en su mente, como flores en pleno invernadero. Olvidando que hace un par de ¿horas? Casi fue violado por quien alguna vez fue su mujer, su amada.

Su aroma se volvió amargo, volviendo a recordar lo que ella decía... Lucifer miró a Alastor dormir tranquilamente, viendo como sus brazos lo rodean casi protectoramente; con el ceño fruncido mientras busca cómo atraerlo aún más hacia él.

— Cariño, ¿Ya no puedes dormír?

Se sobresaltó cuando las pupilas oscuras se posaron en él.

Alastor se incorporó de la cama, dejando de agarrar su cintura. Besó los labios de Lucifer antes de acomodar un par de almohadas en su espalda y luego se sentó a su lado.

Lucifer sonrió cuando el Overlord acarició su mejilla.

— ¿Cuánto he dormido? — se recargó en la palma del más alto.

El demonio rojo sonrió, viendo como lucía similar a un gato.

Miró los carmesí de Lucifer, sonriendo de una forma que el rubio no pudo comprender. Pero qué no lo molesta, quizás la curiosidad que siente se nota demasiado; ya que el otro se acercó a él mientras lo acariciaba.

Alastor dejó de acariciar su mejilla para asaltar sus labios en un desesperado beso.

— Solo un par de días, no es la gran cosa dulzura.

Lucifer asintió. — Un par de ... ¿¡Un par de días!? — exclamó.

Alastor sonrió divertido y tapó sus gritos con sus propios labios, besando casi hambriento al soberano que estaba de cierta forma, consternado.

¿Y la delegación? ¿Lilith? ¿Cómo resolvieron el asunto del hotel?

Y como si el pelirrojo leyera sus pensamientos, sonrió calmado. — Todo se resolvió, no te preocupes... — observó a Charlie durmiendo — Pero aún tenemos que hablar sobre otra cosa...

Lucifer frunció el ceño.

¿Es grave?

Alastor suspiró al verlo ya preparado para lo que sea que diga.

— Estás preñado.

Pero no estaba tan preparado para algo como eso.

— Hay te voy, San Pedro... — y se desmayó.

Alastor río entre dientes.

"Tu te desmayas y yo ¿Qué hago? Tengo que cuidarte."

Se acercó nuevamente y dejó un beso más en sus labios.

— Al final, si tendré un hermano. ¿No?

Charlie sonreía a la vez que los veía interactuar. Alastor le sonrió, para luego ver al rey nuevamente durmiendo mientras que tenía el ceño fruncido.

Conquistaré a Lucifer. [Radioapple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora