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Todo era un caos ahora mismo sobre la cama, la sangre del rey se desbordaba por el corte profundo en su vientre; ese es su estado actual para dar a luz al cachorro, la razón es simple. Su entrada no pudo dilatarse y eso dificulta que el cachorro nazca naturalmente, por lo que Alastor; alfa del rey y padre del cachorro se puso manos a la obra, preparado para hacer una cesárea improvisada.

— ¿Lo ves?...

El soberano tenía el rostro completamente pálido, aunque él sea un ángel no significa que su cuerpo resista a la pérdida de sangre. Su cuerpo temblaba levemente mientras que sus ojos veían a su alfa, quién yacía parado delante de él con un rostro pálido también.

Sus ojos rojos se posaron en los carmesí del rey, asintió con un poco de dificultad y rompió la placenta dónde yace dentro el cachorro.

El ciervo abrió los ojos sorprendido.

— Oh, mierda. — jadeo y comenzó a sacar al cachorro.

Pero como tenía las manos ocupadas, no pudo sujetar el cuchillo para abrir cartas y solo le tocó utilizar sus dientes para cortarlo.

¡Pero eso no es suficiente! ¡Ahora está en un verdadero y gran aprieto!

"¡Necesito a Charlie!"

— ¡Charlie, necesito tu ayuda!

Gritó mientras limpiaba a la bolita llena de sangre dorada con una manta blanca, necesita apurarse y rápido, no le queda tanto tiempo.

¡Esto es de vida o muerte!

— ¡Aquí estoy! ¿Qué necesitas?

— Tú y Vaggie limpien al cachorro, yo tengo que sacar al otro. ¡Rápido! — se giró, dejando ver un rastro de sangre en sus labios y alrededor de su boca.

Charlie retrocedió consternada.

— Qué demonios... ¿Acaso tú...? — miró a su padre en la cama con el estómago abierto — Oh, por mi abuelo... ¡Papá!

— ¡Concéntrate querida! — exclamó — Tu padre estará bien, pero tú hermano es probable que no, necesita ayuda.

Vaggie entró y comenzó a limpiar al primer cachorro que ya nació, Charlie sigue en shock pero también comenzó con lo que Alastor le pidió. Ambas miraban como la pequeña bolita tosía después de que le sacarán la flema, un par de palmadas y soltó un llanto fuerte y lleno de energía.

Charlie lo envolvió, no sin antes mirar su género.

Sonrió cálidamente.

— Tenemos un pequeño príncipe.

Alastor repitió la misma acción que con el primero, solo que está vez sí se detuvo a contemplar al cachorro, sus ojos cerrados y su cabello rojo lo llenó de ternura; sus ojos se posaron en su Omega que sonreía mientras veía a los dos cachorros ya seguros.

Están bien.

Comenzó a sentir sus párpados pesados mientras que el dolor se iba lentamente.

— ¿Cariño? — Alastor llamó aterrorizado, veía como su rey cerraba los ojos mientras perdía la movilidad lentamente.

"Oh no, no, no. Mierda, no."

Comenzó a sacar el resto de la placenta, y asegurarse de que ningún resto quedará. Luego comenzó a coser con una aguja la cortadura que hizo antes para hacer la cesárea mal hecha.

Lucifer comenzó a respirar lentamente, mirando a Alastor con una sonrisa.

— ¡Otro niño! — escucharon a Vaggie decir.

Conquistaré a Lucifer. [Radioapple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora