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La delegación de ángeles llegó finalmente al hotel, dónde la administradora y su gerente estaban parados justo en frente del establecimiento. Lucifer estaba parado en medio de los dos, sostenía la mano de Charlie y Alastor tenía una de sus manos justo en su cintura. ¿Qué puede decir? Los ángeles se quedaron asombrados al ver que un ángel caído se enlazó con un pecador. ¡El propio Lucifer, rey del infierno!

Alastor sonreía como siempre, alejándose un poco del Omega mientras veía al resto de la delegación. Son muchas solo para escoltar el veredicto del creador, especialmente el que viene encapuchado, se ve muy sospechoso.

"¿Por qué me resulta familiar?"

Podía sentir esa mirada sobre Lucifer, sus manos se posaron en la cintura del soberano; y su aroma sutil se pegó al más bajo.

— Luci, siento que ese tipo es sospechoso. — susurró en su oído.

El rubio se tensó, mirando al pelirrojo.

— ¿Luci? ¿Ya no es Lu? — lo cuestionó.

— Cariño, me creerías si te digo que es un sentimiento raro el que siento ahora. ¿Lilith también te decía Lu?

El rubio se tensó de nuevo y sonrió forzadamente.

— Sí.

El ciervo sonrió. — No me gusta hacer algo que alguien más ya hizo.

Lucifer sonrió, mirando al pelirrojo.

— Luci ¿Qué soñaste hace un día?

El soberano del infierno alzó la vista, mirando al pelirrojo.

¿Hace un día? ¿Cuándo?

Cayó en cuenta de la noche esa, dónde le dijo que no hacía falta para que lo amará. Volteó a verlo confundido, sin poder entender a qué se refería. ¿Qué soñaste? Es una pregunta algo abstracta, sueña muchas cosas, con un lago lleno de patitos por ejemplo. Qué el infierno no es un asco como todos los días, como que tiene otro cachorro, oh, ignoren eso.

— Mencionaste a Lilith entre sueños.

— Ah... Bueno, soñé que volvía. — desvió la mirada.

El Overlord frunció el ceño, borrando la sonrisa que antes tenía en su rostro. Una extraña molestia lo invadió, sabiendo que Lucifer aún tiene sentimientos por la antigua reina (?) se atrevió a ir por él y conquistarlo, su relación no es tan formal como le gustaría.

Marcó a Lucifer, sí. Ahora son una pareja como le dictó el creador con su hijo beta JC. Alastor no está del todo seguro acerca de sus sentimientos por el rey.

¡Mierda! Hace una semana sintió atracción sexual por el rey, llegando hasta el punto en que estuvo haciéndolo como un par de conejos con el soberano. ¡Tampoco ha hecho el típico chiste sobre su estatura! ¡Esto es grave!

... Pero misteriosamente no le desagrada.

Apretó los dientes, analizando esa extraña melancolía en los ojos del Omega que lidera el infierno, su Omega.

— Aún la quieres. — no preguntó y solo afirmó.

— ¿Qué? — Morningstar miró interrogante al ciervo — ¿De qué hablas?

Alastor quiso gruñir, pero él se veía tan inocente.

— Aún quieres a Lilith.

Lucifer tenía una mini sonrisa en los labios. — La quiero, sí.

El pecador se quedó sin aire, pensando en esas tres palabras que le dolieron. Podía sentir algo retorcerse en su pecho, algo se estrujaba...

"Este sentimiento es patético." Sonrió, fingiendo que no le tomó importancia.

Conquistaré a Lucifer. [Radioapple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora