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Resumiendo los hechos acontecidos en la reunión de hace un día, aún no ha tenido su conversación pendiente con el soberano del infierno - que por cierto, no se ha aparecido en el hotel desde hace un día - y comienza a sospechar que huye de la plática pendiente... Aunque no le resultará raro si lo hace, no hay nadie en ese hotel que no sepa que el gran soberano fue abandonado por su amada esposa y que hasta el día de hoy no se sabe nada de ella (para su desgracia también). ¡Pero! Sí, hay un pero. ¿Su ausencia le beneficia? ¡Es obvio que sí!

— Oh, Alastor. — Charlie apareció con varios papeles en los brazos.

— Buenos días, cariño. ¿Vas a la sala con Vaggie?

Ella asintió con una sonrisa brillante.

— ¡Así es! Necesito pensar en las propuestas que le daré a los serafines y a JC, debo estar preparada ya que decidió interceder por mí y por mi hotel ante Dios. ¿No es genial? No sé cómo no pude pensar en él antes, quizás no habríamos tenido tantas bajas...

Un sonoro suspiró lleno el silencioso pasillo.

Alastor le dió una sonrisa - la que siempre usa - y le dió un par de palmadas en el hombro para animarla. Ella es su As bajo la manga, su vía de escape de ese contrato maldito que tiene con la madre de la princesa.

— Por cierto, Alastor. — la miró, nuevamente — ¿Sabes cómo está mi padre?

El ciervo sonrió a la vez que entrecierra los ojos, dudoso de la pregunta que le acaban de hacer.

— Disculpa, cariño. ¿Por qué sabría cómo está el soberano del infierno? ¿Cómo se supone que sabré cuando no lo he visto desde ayer? — no lo dijo de forma malintencionada, pero se le hizo ridículo que le hiciera esa pregunta de la nada.

"Momento... ¿Eso no significa que nos hemos vuelto algo cercanos?"

Miró a Charlie que tenía inclinada la cabeza hacia la derecha.

— ¿No te dijo mi papá que irían al valle de los perdidos?

El pelirrojo alzó una ceja.

¿Irían a un lugar así y ni siquiera estaba enterado? ¡Wow!

No sabía que el soberano del infierno fuera tan falto de educación y no tuviera nada de cortesía.

Charlie se rascó la mejilla. — Dejó una nota en tu habitación hace un día... ¿No la leíste?

— ... — Alastor sonrió, sin saber qué decir — ¿En serio? No la ví, ja, ja, ja... ¿Me permites ir a revisar? Gracias, amable como siempre, cariño.

Alastor entró apresurado a la habitación... Buscando con algo de desespero la dichosa nota que mencionó la rubia.

Sus ojos se toparon con algo brillando junto a la ventana, era un tenue brillo dorado que estaba pegado como un post it en la ventana.

Lucifer: Cervatillo, tú, yo, en el valle de los perdidos. Un día después al anochecer. No vas y te corto las astas.

— ¿Se supone que es una amenaza? — sonrió — Qué infantil, Alteza.

La nota desapareció y sus ojos brillaron ferozmente.

¡El escenario se preparó solo! ¡Su cacería empieza ahora!

Su plan es algo básico, pero no habrá fallos. Solo se trata de conquistar a Lucifer, hacer que se case con él, y así, su trato se romperá. ¡Ya que el poder de ser rey será suyo! Es algo tan fácil como eso.

— Sí, Lucifer es alguien que ha estado en soledad desde hace siete años, lo que más ansía es un poco de cariño. ¿No?

Comenzó a desvanecerse entre las sombras.

Conquistaré a Lucifer. [Radioapple]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora