capítulo 2

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Me desplazo por las calles  frías y solas, dirigiéndome a la parada de autobús, ya casi oscurece, y el viento me pega en la cara.

Me dirijo a mi lugar de costumbre, donde hay una persona que aprecio mucho, y donde me puedo sentir bien conmigo misma, ya que es un lugar donde puedo estar sola con él.

Me bajo del autobús, y camino unos cuantos kilómetros hasta llegar a una entrada: el cementerio.

Se que pude parecer raro que ese sea mi lugar seguro, pero es donde lo vengo a visitar a el: mi abuelo.

Mi abuelo era una persona muy importante para mí, yo lo quería mucho, lamentablemente falleció ya hace dos años, y eso me destrozó el corazón.

Parada frente a su lápida, saco un cigarrillo, siento mi  mirada nublarse, se que ha pasado tiempo desde que se fue, pero duele como si fuera ayer

Julián corrales
1958—2022
Padre y abuelo
Muy querido...


Cuanto te extraño...

— hola abuelo, ¿como estás hoy? — le digo mientras me siento al frente de su lápida — no sabes cuánto me haces falta, se que me dijiste que fuera fuerte pero aún no lo logro. Te necesito.

Me quedo ahí, frente a el, contándole de mi vida, con  la única persona que me he abierto por completo, incluso después de que dejó de estar presente, le cuento de cómo me va en el colegio, de lo mucho que me hace falta. Siento que si me viera estuviera muy decepcionado de mi, ya que en vez de avanzar, he retrocedido, a parte de que fumo y aveces bebo

Después de estar ahí por una hora, en mi espacio, me pongo de pie y me voy, dejando atrás a la única persona que siento, nunca me falló.

Mi ruta a casa la hago a pie, se que el cementerio queda alejado de la ciudad, y que ya es de noche, pero siempre que regreso a casa, prefiero hacerlo caminando, me siento mejor estando sola en un momento tan vulnerable a la vista de los demás.

Hoy es una noche fría, más de lo normal, por suerte me traje mi suéter, de lo contrario, ya estuviera en una esquina tambaleando de frío.

Llegó a casa, y mamá está dormida—como siempre— en la sala, con una botella en la mano, mamá trabaja como contadora en una gran empresa, lo cual le consume gran parte del día, se va temprano y llega tarde, el único día que no trabaja son los domingos, y cuando no está trabajando, generalmente sale con sus  amigas y termina acostada en la sala borracha, esa es su forma de calmar el dolor, y no la culpo, las dos estamos sufriendo.

La arropó y me voy a mi habitación, me acuesto en mi cama y me quedo mirando el techo.

Mañana es lunes, de nuevo, comienzo de semana, clases, trabajos etc.

La verdad no me emociona ir al colegio, no es que sea muy divertido, a parte de que no tengo amigos, son solo compañeros de clases, nunca los he visto como algo más que eso.

Me baño, me pongo mi pijama y me meto en las sábanas de mi cama, aún así no consigo el sueño.

Odio cuando pasa eso, porque es cuando vienen recuerdos de personas que me han fallado, recuerdos buenos y malos.

Y ahí, en mi cama me llega un recuerdo que me duele mucho, se podría decir que de ahí empezó todo el dolor.

Venía llegando del colegio, la verdad había sido un buen día.

Entro a la casa dispuesta a contarle mi gran día a mis padres y mostrarles mis notas.

Cuando entro, consigo la casa hecha un desastre, ropa en el piso, muebles desordenados he incluso platos rotos ¿que pasa aquí?

Me dirijo a la cocina, y me encuentro con una escena bastante dolorosa, una que nunca había visto. Mamá estaba reclamando a papá algo, seguramente tenía que ver con la mujer atrás de papá, que solo se cubría con una sábana.

Papa le grita algo a mamá que no logro escuchar bien ya que mi cabeza estaba conectando los puntos de todo lo que posiblemente paso aqui, ahí es cuando mi papá la da una cachetada a mamá, agarra a la mujer de atrás por la cintura y sale de la casa, pasándome por un lado, sin ni siquiera verme a los ojos.

Cuando mamá me ve se hecha a llorar, cayendo al suelo, yo ya había entendido la situación, tengo 13 se lo que es una infidelidad, lo que nunca pensé fue que le pasará a mamá.

Me dispongo a consolarla, apesar de que quería ponerme a gritar y llorar, tenía que ser fuerte por ella, ya que ella no podía por si sola, al menos, no por ahora.

Recordar todo eso me hace soltar más de una lágrima.

Sacudo mi cabeza para poder olvidar toda esa mierda de recuerdo y me propongo dormir en paz.

Pero ahí, tratando de dormir me llega el recuerdo de mi abuelo y me tranquiliza.

Te amo abuelo, y siempre lo haré.

Y con ese pensamiento logro dormir en paz.

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Nota de autora:

Hola amigos de Wattpad, como están hoy ?

Aquí está capítulo super duro para nuestra querida Juliette, que fuerte lo de el padre

Espero que les guste, espero que me escriban y comenten

Camix se les quiere

Corazón Herido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora