capítulo 12

10 2 18
                                    

La tarde de hoy está fresco, hay bastante brisa e incluso un poco de niebla.

Me dirijo al cementerio, necesito un tiempo para dejar de fingir que no me importa lo que me digan o lo que pasa a mi alrededor.

Así que voy en camino a la parada del bus, son las seis de la tarde, y me tengo que apurar si no quiero llegar a casa en la noche.

Después de unos minutos en el bus, me bajo y camino algunos kilómetros hasta llagar a la entrada del cementerio.

De una vez me dirijo a la lápida de mi abuelo, cuando la tango al frente caigo de rodillas frente a el. Cuando menos me doy cuenta estoy llorando, así que decido hablar con el, desahogarme.

— Abuelo, ya-a no se que hacer, a ma-ma-á la despidieron... No se que vamos hacer con nuestra vida, ¿De que vamos a vi-vi-ir?, no se... No se que hacer...

Me quedo sollozando al frente de su lápida, desahogando todo lo que tengo por dentro, odio, confusión, tristeza, amor.

Con que amor ¿Eh?

«¿Disculpa?, ¿Tu eres...?»

Tu consciencia, daaa

«perfecto, lo que me faltaba, ahora me estoy volviendo loca»

Yo solo te diré lo que es bueno y malo, y también lo que sabes que sientes o debes hacer pero tu no lo quieras admitir por...

«¡Entendi!, ya entendí»

En eso siento que alguien me está observando, así que lentamente levanto la mirada, y me encuentro con Miranda mirándome fijamente.

«¿Que hace ella aquí?»

Me quedo paralizada. solamente nos miramos, yo no se que hacer, decir o... Lo que sea.

Entonces veo que ella simplemente se va, así que decido olvidarme de ella, saco un cigarrillo y me pongo a fumar.

Sabes que eso te terminara matando, ¿Verdad?

«Hag, bajale dos conciencia»

Si le bajó no haría mi trabajo

«Perfecto, lo que me faltaba, soy esquizofrénica»

—Bueno abuelo, lo que te decía, a mamá la despidieron, yo me siento del asco, últimamente me he sentido fatal, y a eso agrégale la felicidad repentina con Sebastián, más el encuentro con Miranda, y... Y ¡Todo lo que pasa a mi alrededor!, estoy cansada de cargar una careta, de no tener con quién hablar, de... De estar sola, de no saber que voy hacer con mi vida... Estoy cansada de... De, de simplemente ¡Todo!

Me detengo para tomar una gran calada al cigarro, tratando de relajarme.

— No sabes la falta que me haces...

Me quedo en silencio, como si estuviera esperando a que el me respondiera, cosa que no paso, así que me seco las lágrimas con la mano, tiro y aplastó el cigarrillo y comienzo a caminar fuera del lugar.

«Menuda forma de terminar el día»

Podria terminar peor, recuerda que el día no termina.

«Hay gracias por lo ánimos, no sabes cómo me ayudas»

#

Ya hoy es miércoles, y aún no he visto a Sebastián por ningún lado, lo cual me parece extraño. El lunes decidí no escribirle o prestarle mis cuadernos con mis apuntes, porque la ansiedad que tenía de verlo me asusto, me recordó cuando me gustaba Deivid, entonces decidí que lo mejor era alejarme un poco de el ( apesar de que no hemos compartido casi nada ) sin embargo no les voy a negar que me he estado preguntando por qué no ha asistido al colegio.

Corazón Herido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora