capítulo 11

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La alarma sigue sonando, y yo solo quiero apagarla y no ir a clases, de paso está lloviendo, probablemente no valla casi nadie.

Aún así con todas mis fuerzas, me paro de la cama directo a la ducha, para ver si así me despierto.

Al cabo de unos 15 minutos salgo, aún con sueño, me dispongo a vestirme, me voy a poner un vestido que me llega hasta los muslos de color azul marino, con unas sandalias sencilla y una chaqueta.

Con respecto a mi cabello, solo me lo peino y me hago un moño desordenado, procedo a ir por mi rostro, y optó por hacerme un delineado en los ajos y me pongo un pintalabios color rosa pálido...

«¿Por que me estoy arreglando?»

Hasta este punto es que caigo en cuenta de que me estoy arreglando más de lo normal, es más, antes ni me maquillaba.

«¿Que me pasa?»

Decido quedarme tal y como me arregle he ignorar mi extraño comportamiento en este lunes por la mañana.

Agarro mi mochila y me voy escaleras abajo.

Entro en la cocina y veo que mamá me ha dejado el desayuno como todos los dias, como hoy si tengo tiempo ( porque no me he quedado dormida ) me siento en la masa para poder comer.

Entonces mientras como mi teléfono suena a mi lado, lo agarro rápidamente sin ver de quién se trata.

- ¿Alo? - digo con la boca medio llena. Al ver que nadie responde me alejo el teléfono de la oreja y veo de quién es. Al ver que es mi abuela mi ceño se frunce un poco - ¿Abuela?

Silencio.

Que raro, por que será que no me...

- ¡Hola cariño! - exclama mi abuela alegremente, con la voz tan alta que me dolió el oído - perdón por no responderte, es que marque tu número y me fui un momento a la cocina.

- Hola abuela - le digo esbozando una pequeña sonrisa - ¿como estas?

- ¿Y la bendición?

Me quedo en silencio.

- ¿Alo?

- Perdón abuela - le digo por el repentino silencio - pero tu sabes que ya no hago eso de la bendición, no lo hago desde...

Me cortó a mi misma al recordar.

Al parecer mi abuela toma el silencio como una respuesta porque se apresura a responder.

- Perdoname Juli, se que no lo dices desde que se fue, solo me deje llevar por el momento, tengo tiempo sin hablar contigo y de verdad se me olvidó...

- Tranquila abuela, lo entiendo, solo... Trata de tener más cuidado.

- Está bien cariño. Por cierto, te quero decir algo.

En ese momento me fijo en la hora, faltan 15 para las 7, tengo que irme ya si quiero llegar a tiempo, como está lloviendo no puedo salir corriendo sin antes caerme.

- Abuela discúlpame, pero me tengo que ir al colegio, ya se me hace tarde.

- Oh, ok tranquila, más tarde te llamo.

- Chao.

- Chao Cariño.

Una vez que cuelgo el teléfono me pasó una mano por la cara, con un poco de mal humor.

Se que mi abuela no tenía intención de mencionar lo de la bendición, pero la verdad es que eso me trae recuerdos dolorosos, ya que me recuerda a mi abuelo.

Antes de que el se muriera yo creía en Dios, siempre que le pedía la bendición el me daba un beso en la frente y me decía Dios te bendiga. Íbamos a misa, incluso hice mi primera comunión, creíamos y participa en actividades que realizaba la iglesia.

Corazón Herido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora