Capitulo 7

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Eleonor

La luz del amanecer molestaba mi descanso. Odiaba despertar temprano. Mis ojos pesaban y se negaban a abrirse. A mi alrededor logre percibir pequeños murmullos casi inaudibles.

-Está demasiado pálida.

-¿Crees que está muerta?

-No lo creo.

-Tócala.- Insito una de las voces.

-¡Ni hablar, tócala tú!

Fruncí el ceño confundida abriendo mis párpados perezosamente. Apenas recordaba como había llegado a la cama. Frente a mí, dos niñas de piel y cabello blanquecino, discutían sin notar mi presencia. Me acomode en mi lugar dispuesta a seguir durmiendo en el momento en que una de ellas centró su atención en mi.

-¡Despertó!- Chillo haciéndome estremecer.

Su voz era extremadamente aguda. Demasiado enérgica para un martes por la mañana. Recordé ambos rostros idénticos de la cena familiar y el funeral del rey, las hermanas de William.

-¡Niñas!- La voz dura de la reina anunció su presencia en la habitación. Ambas hermanas se irguieron en sus lugares prestandole atención a su madre.- Es hora del desayuno, en marcha señoritas.

Me incorporé en mi lugar observando como las niñas se disponían a salir rápidamente por la puerta, dejándome a solas con su madre. Un pequeño escalofrío me recorrió el cuerpo. Su personalidad no resultaba ser de las más acogedoras, me preguntaba qué hacía aquí.

En el transcurso de estos días jamás había coincidido con ninguno de los integrantes de la familia de William. Apenas sabía sus nombres por lo poco que sabía de ellos antes de llegar.

-No te quedes ahí niña, levántate de una vez.- Exigio. Su pesada mirada recayó sobre mí desvelandome por completo.- Tenemos mucho por hacer hoy.

Pequeños flashbacks de lo sucedido ayer por la tarde cruzaron por mi mente.  Lo primero que recordé fue a William y a mí en el gimnasio, seguido a eso, como un fuerte dolor cruzó mi pecho y por último la fuerte voz del príncipe pidiendo ayuda a la vez que mi cuerpo comenzaba a ser consumido por a poco por el miedo, paralizando cada uno de mis músculos hasta caer en el inconsciencia.

<<¿Dónde se encontraría el ahora mismo?>>

Presencie como la reina hurgaba dentro del que supuse que a partir de ahora sería mi armario. Hasta que finalmente dio con lo que buscaba.

-Viste y maquíllate.- Depósito un un vestido y unos tacones sobre la mecedora junto a la ventana.- Serás parte de la familia real. Debes estar a la altura en todo momento.- Sentenció con palabras contaminadas de prejuicios, a la vez que examinaba mi apariencia.- Esperaré por ti en el salón, las invitadas llegarán pronto. Asegúrate de estar lista a tiempo.

Giró sobre sus talones haciendo lucir su precioso vestido y salió del cuarto azotando la puerta. Aún era demasiado temprano y mi cabeza no terminaba de procesar toda la información que se me había dado.

Hasta ahora sabía que la reina Magali, al igual que yo, no era de las más emocionadas con mi presencia en el palacio. Se notaba a kilómetros que era una persona fría y controladora, todo lo opuesto a lo que se lograba ver a las afueras del castillo. Dudaba mucho de que nos llevemos bien, aun así, siendo la reina o no, no permitiría que me denigrasen.

Tome mis cosas dispuesta a enfrentar un nuevo día aquí. El vestido y los tacones de aguja no eran de mis favoritos pero me sentaban bien. Todo aquí era de mi talla y se ajustaba de excelente manera a las partes más favorables de mi cuerpo.

La elegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora