La otra parte de la historia

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Todo esto lleva a un mismo punto, a una misma pregunta:

¿Cómo empezó todo? ¿Quién lo creo? ¿Por qué?

Y la respuesta es una, solo una: Kat.
Nadie más que ella.

Pero no puedo contarles todo, no ahora.

Solo puedo decir un par de cosas del principio de todo.

Una pequeña niña desesperada, una noche fría y desolada, un poco de sangre, mucho, pero mucho dolor, miedo y por último: Un cadáver.

Por otra parte, aún no conocen a detalle el trasfondo de Adam.

Toda su vida fue como un sube y baja, pero de dolor y confusión.

Como estar atado a una silla sin poder hacer nada para huir de ello.

Como huir de tu propia sombra.

Como tratar de callar a tus propios pensamientos.

Como esas veces en las que Adam tuvo que caminar sobre rosas con espinas, descalzo. Para convertirse en algo que no era.

O esas otras en las que lo encerraban en habitaciones llenas de serpientes, inundado en oscuridad para quitarle humanidad.

Esas donde lo torturaban por horas, hasta llegar al día de hoy. Donde ya no puede sentir dolor físico.

Solo físico, porque a pesar de cualquier tortura a la que quieran someterlo. Su parte emocional no podrá irse. Menos ahora que ha despertado por completo.

Imagina crecer en un lugar donde te obligan a ser quien realmente no eres. Donde te castigan constantemente por ser tú, un lugar en donde solo sientes miedo, angustia constante. Hay un momento en el que te conviertes en una piedra que ya no puede sentir nada.
Adam había perdido parte de él, tanto miedo había hecho que se perdiera a sí mismo, siendo convertido en una máquina especial para seguir órdenes.

Pero entonces, pudo recuperar algo de esa parte, de manera inconsciente, cuando vio a alguien sentir un dolor y miedo, algo similar a lo que él sintió por muchos años.

Esa angustia, ese desespero, esa confusión.

La primera vez que vio a Kat romperse frente a él, es como si quisiera darle la protección que él nunca tuvo.

La infancia de Adam fue basada en dolor. Porque si no hay dolor, no hay disciplina.

O eso es lo que le decía Demon.

Sin embargo, creo que no hay mejor persona que pueda contarles cómo se vivieron las cosas, más qué él mismo.

Adam
Nueve años.

Serpientes.
Es lo que escucho y lo que veo a mi alrededor.
Estoy atado a una silla, en el sótano. Rodeado de serpientes a punto de sacarme los ojos.

Ax, quien es como mi hermano mayor, y que me odiaba, me lo ha dicho.
Ha dicho que las serpientes me sacaran los ojos.
Que lo harán porque soy débil, pero no puedo permitirlo.
No es la primera vez que estoy aquí.
Pero aún tengo miedo.
El cuerpo me tiembla y mi frente suda frío.
Me han encerrado aquí porque me he negado cortarle la lengua a una de las cautivas.

Demon, quien me ha criado, y quien es el que rige más poder aquí, ha pedido que me encierren en este lugar.

Ax, por otra parte, se ha ofrecido en agregar que me dejen rodeado de serpientes. Él me odia. Todo porque mi vínculo con Demon es más cercano que el de él.
En este lugar existe una jerarquía.
Hay tres lugares.
El primero es donde gobierna Demon.
Solo él.
El segundo es donde están los más cercanos a él.
Y el tercero es el de "los principiantes" por decir así.
Dependiendo en el nivel en el que estés, tienes más poderes.
He descubierto, que cuando se hace un ritual, los años de vida de la presa que elijas, se te suma a ti. Es decir, si un Dios del espejo tiene 68 años de vida, y sacrifica a alguien de 20 años. Ahora tendrá 88. Así, hasta tener vida eterna.
Los del primer nivel tienen derecho a la vida eterna, a sacrificar a cuantas presas quieran.
Los del segundo nivel, tienen derecho a adquirir tres presas como máximo.
Y los del tercer nivel, solo a una.
La manera en la que subes de nivel, es dependiendo que tan grande sea tu sacrificio.

Mi hermana Kaia lleva tiempo pensando en qué hacer para cuando vuelva abrirse el portal. Piensa subir de nivel. Una vez la escuché decir que quería sacarle el corazón a alguien para el próximo ritual.

Este portal se abre cada siete años.
Fue abierto una vez, cuando nací yo. Y en un par de años será la segunda.
Tengo entendido que, antes de que alguien lo abriera.
Los dioses del espejo tenían destinado a solo vivir 60 años.
Pero cuando describieron el poder que tenían, de poder tomar la vida de mortales y vivir para siempre. Todo cambió.

Usaron el bosque de Asville para capturar personas. Salían por sus alrededores por un tiempo determinado, y capturaban al que sea.
También, tengo entendido que fue una niña quien lo abrió.
Una vez pude ver una foto de ella, estaba en la pared de la habitación de Demon.
Era una niña pelinegra, ojos verdes. Recuerdo su expresión vacía. Tenía un uniforme color beige y un oso de peluche en sus manos. Y al lado estaba una mujer mayor.

Sé que las próximas presas no serán cualquiera. Si no personas que han cometido crímenes, delitos.

No puedo evitar sentir ganas de hacerme en los pantalones cuando escucho el siseo de las serpientes cerca de mis oídos.
Maldito Ax.
Siempre me ha hecho la vida imposible desde que recuerdo. Solo porque soy «débil»

Él es hijo de Kras, uno de los dioses del nivel dos.
Ax tiene el cabello plateado, los ojos color miel, y una cicatriz vertical en algún lado de su rostro que ahora mismo no recuerdo bien porque...

—¡No soy débil!—me repito a mi mismo mientras aprieto los ojos con fuerza, cuando siento que una de las serpientes me recorre un brazo.
Quiero hacer pis.
Quiero gritar.
Pero no puedo, no soy débil.

La serpiente se enreda entre una de mis piernas y lucho por no gritar. Entonces recuerdo las palabras de mi hermana Kaia.

"No eres débil, Adam. Que seas diferente no te hace débil. Te hace mejor que todos nosotros. Puedes hacer sentir algo que nosotros no. Puedes sentir amor"

Y aunque pienso que nunca he amado—porque siempre me lo han prohibido—, creo que el sentimiento que tengo por mi hermanita es lo más cercano al amor.

•••••

He crecido, soy un joven ahora.
Todos estos años Demon me ha estado preparando para salir exterior. Este año, en octubre, el portal volverá abrirse por segunda vez. Y ahora yo debo ir por alguien. Por Kat.

Esa chica a la que Demon ha esperado capturar por tantos años. Desde hace tiempo que veo su foto. Y aún no me olvido de esos ojos vacíos, como si se les hubiera quitado el brillo de ellos.
Tiene 17 años ahora. Y yo debo convertirme en un chico de su edad también.

He desarrollado un nuevo poder. Puedo convertirme en quien quiera, cuando quiera. Pero no por mucho tiempo. Porque me agoto, y si no lo hago bien, puedo desmayarme.
Este poder es uno que la mayoría de aquí tienen. Pero yo apenas lo he adquirido hace un tiempo.

Ya casi es hora de que el portal sea abierto.
Pronto debo ir por esa chica. No sé cómo voy a hacerlo. Tampoco sé si quiero.
Pero lo haré.
Porque quiero demostrar que soy igual que todos los demás aquí.
Y sobre todo, mostrarle a Ax que no es mejor que yo.
Que no soy débil.

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