Capítulo 22

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Millaray llegó en un Chevrolet Camaro blanco sin capote.

-No esperaba verla aquí señora.

-No me digas señora -dijo mi madre-, por favor dime Adriana.

-Bueno Adriana, gracias por ayudar a Ari.

-Nada de gracias, es mi hija, quiero lo mejor para ella.

-¿Entonces no le importa que su hija salga conmigo?

-Eso no significa que deje de ser mi hija o la deje de querer. No estoy de acuerdo con mi esposo, así que, yo quiero seguir en contacto con Abril.

Millaray sonrió.

-Me alegra que para usted sea más vital su hija que su religión.



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Millaray había llevado a mi madre a mi ex casa y después fuimos a su casa. Los padres de Samantha le habían heredado su empresa, así que, el dinero le sobraba.

-Ari, tu cuarto es al fondo, te voy a llevar algunas maletas, acomoda tus cosas y duerme un rato, seguro estás agotada.

Tiré a Millaray de un abrazo y le di un beso.

-No sé cómo agradecértelo, siempre me ayudas.

Sonrió.

-Te prometí estar para ti. No importa si llegamos a terminar, yo siempre estaré para ti.



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Había terminado de acomodar todas mis cosas. Estaba bañándome.

El recuerdo de cómo había reaccionado mi padre se repetía en mi mente. Dejé que las lágrimas cayeran sin crear ruido.

Al terminar de bañarme fui a la sala. Millaray estaba en el sillón con palomitas, gomitas y refresco.

-Creí que te podría servir para no pensar en eso... ¿Vemos una película?

Sonreí.

-Siempre sabes qué decir.

No lo digas (Adaptación Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora