Capítulo 58

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He estado las últimas semanas pasando tiempo con mis padres y mi trabajo. Les había dicho a todos que necesitaba tiempo a solas, Osvaldo lloró, Samantha intentó convencerme de que no me alejara, Nuvia simplemente dijo "el espacio que necesites te lo daré, avísame cuando nos veamos".

Ya estaba a unos días de entrar de nuevo en la escuela, cada vez faltaba menos para que enfrentara a mi padre, no sabía qué idear para entonces, pero lo hablaría con Max después.

Mi madre había preparado una canasta con comida, frutas y postres para nuestro picnic. El cielo estaba despejado, pero estábamos abajo de un árbol con una manta sobre nuestros pies.

Todo parecía tan tranquilo, mi padre se veía feliz y le ayudaba a mi madre a sacar la comida.

>>Cómo extrañaré esto.<<

-Es hora de comer Ari- dijo mi padre. Asentí. Iba a comer cuando mi padre me detuvo.- Hay que bendecir los alimentos.

Bendecimos los alimentos. Mi madre nos pasó jugo de arándanos.

Ya casi íbamos por el postre, pero mi padre no quiso. Mi madre y yo comimos.

-Ari... ¿Sabes? En la iglesia estaban hablando sobre Adán y Eva, ya sabes, recordando la familia tradicional, como está escrito en la biblia.

>>¿No que me aceptaba?
Recuerda lo que te dijo Nuvia.<<

Dejé de sonreír. Mi madre lo volteó a ver frunciendo el ceño.

-No es lo que piensas Ari, yo te quiero, me refería a que de ahí son nuestros orígenes, quiero llevarte el domingo a la iglesia, ¿vamos todos juntos?

-Vamos- dije.

∆∆∆

Osvaldo

Mi hermano había salido, estaba realmente aburrido, Ari no me dejaba verla.

Estaba sobre la cama acostado revisando cada minuto mi celular para ver si me hablaba Nuvia o alguien.

Me entró una llamada. Sonreí. Contesté.

-Hola- dije alegre.

-Qué buen humor tienes hoy -dijo Santi-, ¿algo que no me hayas dicho? Según yo no nos hemos visto.

-Eres un tonto. Estaba aburrido y SOLO, quería que alguien me hablara, solo eso.

-¿Llevo algo?

-A ti.

-Te veo entonces.

-Y trae algo de comida, muero de hambre.

-¿Qué me darás a cambio?

-A mí.

Santiago se empezó a reír.

-¿Qué es tan gracioso tonto?

-De hecho te iba a invitar a comer, pero ya que dices que estás solo, mejor comemos allá.

-Nooo, mejor preparalo tú, cocinas muy bien.

-Ya veré.

Colgó. Salí corriendo a acomodar y limpiar todo. Saqué la ropa que estaba seca y la doblé. Acomodé todo. Estaba exhausto por hacer toda la limpieza tan rápido. Me tiré de nuevo en la cama esperando no quedarme dormido.

∆∆∆

Desperté por el olor de la cocina. Sonreí. Salí corriendo. Vi a Santi de espaldas frente a la estufa con un mandil. Lo abracé por la espalda.

-Pensé que tenías mucha hambre.

-Me quedé dormido, perdón, ¿quién te dejó entrar?

-Tú me diste las llaves el día que fuiste con tu amiga, ¿no recuerdas?

-Lo había olvidado.

-Siéntate, ya casi está la comida.

Fui rápido a acomodar todo para que comieramos juntos. Santi puso todo en la mesa, había hecho pasta, carne en su "salsa especial", una ensalada y un pay de limón.

¿En qué momento hizo todo eso?

Santi nos sirvió y se sentó. Empecé a comer. Su comida sabía deliciosa, que se me salió una lágrima.

-¿Ya te dije que eres el mejor? -Pregunté-, te pagaré ésta comida.

Santiago sonrió.

-No es lo único que sé hacer bien, ¿sabes?

Casi me atraganto con la pasta. Tomé agua para intentar pasarme la comida.

-No sabía que te emocionaba estar conmigo.

Volteó a verlo feo.

-No es por eso tonto.

Tomó mi mano. Se terminó su bocado y sonrió.

-¿Y bien? ¿Cómo quieres pagarme la comida?

Me sonrojé.

-Es broma, sin presión, disfruta tu comida.

>>Dices eso y casi me matas.<<

Seguí disfrutando cada bocado

No lo digas (Adaptación Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora