Capítulo 52

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Osvaldo

Acompañaba a Isabel a una de sus citas médicas. Realmente no sabía qué hacía ahí, digo, me agradaba Isabel, pero no perdonaba a Juan.

La silla estaba fría y yo estaba realmente aburrido. Ari había salido con Samantha a quién sabe dónde.

>>No te metas, al fin es feliz.<<

Suspiré.

La extraño.

Nuvia había estado muy distante últimamente y no había dado explicaciones, ella realmente no me caía mal, sí hizo algo MUY malo a mi Abi, pero sabía que estaba arrepentida y estaba haciendo todo para intentar remediarlo, pero no entendía porqué se distanciaba.

Isabel salió del doctor y le dijeron algo que no alcancé a escuchar.

-¿Nos vamos?- Preguntó.

Asentí. Me despedí del doctor con la mano y salimos del lugar. Isabel se veía realmente feliz, estaba saliendo con un chico que conoció en el acuario y desde entonces han subido fotos y conociéndose. Realmente estaba feliz por Isabel, pero aún me sentía incómodo.

Isabel se volteó de golpe mientras caminamos y casi chocamos.

-No hagas eso.

Juntó nuestras manos.

-Yo sé que jamás será suficiente para expresarte lo mucho que lo siento, a ti y a Ari, pero... De verdad lo siento, será una palabra muy fácil de decir, pero de verdad me siento así, sí hay algo que pueda hacer por ustedes díganme.

-¿Por qué hiciste eso?

Tragó saliva y suspiró.

-Sé que no es justificación, pero... Cuando te vi tan seguro de tus sentimientos, sentí celos, ya que, yo no podía expresarme así como tú, ya sabes... Por mi papá... Al final me echó, pero ya puedo ser yo mismo y me di cuenta de todo el daño que les había causado... A mí realmente me agradaban, pero me sentí mal de no poder ser yo mismo, trataré de reparar todo el daño que les causé.

Hice una mueca. Ya antes me había expresado cuánto lo sentía, pero nunca se sentía suficiente, faltaba algo y por fin me lo dijo.

-Que quede claro... Tú me agradas, Juan no... Tienes razón, eso no es excusa, pero puedo llegar a entenderte.- Sonrió.- Eso no significa que te haya perdonado, ni que seamos amigos.

Hizo una mueca.

-Ya lo sé... Suenas demasiado serio, así no eres tú.

-Estamos hablando de algo serio.

-Ya, ya, ya... Vamos, que te voy a invitar a comer para que se te pase el enojo.

-No estoy enojado.

Sí estoy enojado.

-Claaaro.

Me jaló del brazo y me llevó a un pequeño restaurante cerca de ahí. Pensaron que éramos pareja y no dejaban de elogiarnos.

Qué asco.

>>Pero si antes bien que te gustaba.<<

>>Cállate.<<

∆∆∆

Estuvimos un buen rato platicando y cenando, hasta que ya era tarde y Ari no dejaba de mandarme mensajes para que fuera con ella para que jugáramos videojuegos (era como cada viernes por la noche). Me despedí de Isabel y me dejó en la puerta. En cuanto abrí la puerta Abi tenía comida, postres, palomitas y bebidas por todos lados (pasábamos tanto tiempo jugando que olvidábamos cocinar o tomar agua).

Realmente no era tan tarde (eran como las 6), pero Ari y yo habíamos hecho de los viernes nuestros días. Yo estaba muy feliz cada que llegaba nuestro día, ya que, no siempre era jugar, a veces veíamos películas, leíamos libros, contábamos chistes o cualquier cosa que se nos ocurriera, ella era para mí como una hermanita.

Ari hacía pucheros, ya que, yo iba ganando. La calmé dandole un chocolate, pero ella lo comió y dejó caer las demás lágrimas. Parecía una niña cuando perdía en algún juego, pero ese lado de ella me daba ternura

No lo digas (Adaptación Rivari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora