Capítulo 4: El poder de la suerte

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Cuando la noche pasó, en aquel mundo digital, Harumi no pudo evitar quedar fascinada por lo real que parecía todo. Sin duda, era muy difícil pensar en que ese lugar era falso, si vivías ahí desde el inicio. Era normal que Naegi y sus compañeros no se dieran cuenta.

- Hm...buenos días, Hanei-san.

Naegi fue el primero en despertar. Bostezó un poco mientras se levantaba del suelo y le dedicó una sonrisa a la pelinaranja, quién igualmente sonrió.

- Buenos días, Naegi-kun. Espero que hayas dormido bien.

- No estuvo mal. ¿No estás cansada? Estuviste unas horas vigilando....

Esta negó con la cabeza, viendo cómo Asahina igualmente abría sus ojos. Poco a poco, sus compañeros de aventura fueron levantándose.
Afortunadamente nada había pasado por la noche, lo que era bastante increíble, dada la cantidad de robots Monokuma por la calle.

Los que recién se habían despertado, no tardaron en ver las armas que en la noche Yoshie había creado para ellos, algo que sin duda animó a todos. Después de todo, la mayoría no disfrutó estar en manos de Harumi y exponerla a un gran peligro el día anterior, sólo por ser la única con arma.

- ¡Finalmente podremos ayudarte, Harumicchi! - soltó Hagakure en voz alta, tomando la pistola en sus manos con una gran sonrisa. - Ya verás, ¡esos osos robóticos comerán el piso!

- Pareces muy animado, Hagakure-san. Me alegra. - la pelinaranja soltó una risita, antes de tomar su arma tranquila. - Me gustaría evitar luchar contra esos osos, pero si es necesario, no hay de otra.

Asahina entonces se acercó a la bibliotecaria y tocó su hombro con su índice, llamando su atención. Esta le miró con curiosidad, pues se la veía bastante pensativa.

- ¿Pasa algo, Asahina-san?

- Harumi-chan....Ah, ¿puedo llamarte Harumi-chan? - preguntó la castaña y al recibir una respuesta positiva, sonrió leve. - Bien. La verdad, quería saber...¿qué es lo que hace exactamente tú talento? Eres la bibliotecaria definitiva, pero no sé exactamente que hace una.

La chica no se sorprendió, de hecho mucha gente le había preguntado aquello en pasado, en múltiples ocasiones. Lo comprendía, de verdad. Cuando alguien piensa en una bibliotecaria, suele llegar a la mente la imagen de una mujer que sólo se ocupaba de registrar el nombre de la persona que tomaba un libro prestado y ahí se acababa. Otros, de una simple mujer de lentes y amargada.

Realmente muy pocos sabían todos los detalles del trabajo de una bibliotecaria, más si se hablaba de ella.
Harumi no había destacado mucho cómo Aoi con su talento, pero en realidad, era la primera bibliotecaria tan joven en ser propietaria de una gran colección de libros y de una biblioteca que llamó Jardín Fantasia. Eso porqué había un jardín en la parte trasera de la biblioteca, con asientos bien arreglados donde la gente podía leer con tranquilidad en el exterior.
También había ayudado otras bibliotecas públicas y donado unos libros, su nombre sin duda era conocido en el círculo de los lectores.

Ella nunca alardeaba de eso, ni se molestaba si alguien no lo sabía.

- Bueno, Asahina-san, digamos que me ocupo de todos los aspectos sobre el cuidado de los libros. - comenzó a explicar la ojiazul - Puedo decirte con seguridad cuántos años has tenido un libro, de que categoría es, de que habla. También, sé identificar un verdadero de una copia y sobretodo....conozco el contenido de muchos, muchísimos libros. Desde historias de fantasía donde hay gente con poderes, hasta el terror de una criatura misteriosa y la traición de los seres queridos.

El grupo de chicos escuchaba atentamente a la pelinaranja, sintiendo la emoción en cada palabra que decía. Se notaba que amaba los libros.

- Además, gracias a ellos, he aprendido a identificar las personas.

El Último TalentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora