Capítulo 6: Inicia el Killing Game

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La academia Saishu, donde se encontraban, era bastante peculiar.
Parecía más un edificio abandonado por bastante tiempo y arreglado rápidamente, probablemente sólo para el futuro juego mortal.

Aunque esto la mayoría no lo sabía.

Harumi caminaba por los pasillos junto a Naegi, observando las plantas que sobresalían de las paredes con gran curiosidad.

— ¿Aún tienes tu arma, Hanei-san? — preguntó Naegi mientras notó, no muy lejos de ellos, cómo una chica rubia y un peliazul salían de una clase.

— Ah... espera. — la pelinaranja tocó un poco la falda de su vestido, para comprobar si aún tenía su arma, pero al no sentir nada de sólido, suspiró y negó con la cabeza. — Creo que se me cayó cuando nos atacaron....

— Entiendo.... no te preocupes, encontraremos otra manera para detener a Monokuma.

— ¿Dices que Enoshima-san usa ese oso en todos los juegos mortales?

— Sí, estoy seguro de eso. Parece que le gusta mucho, dado que hasta la mayoría de robots que encontramos por las calles tenían su aspecto...

La bibliotecaria asintió, pues Naegi tenía razón. No sabía porqué Enoshima Junko amaba ese oso, pero por lo menos era una pista sobre quién sería el ser principal de detener en esa academia.

Cuando quiso hablar sobre un posible plan de huida, la misma rubia que Naegi habia visto antes, ahora se encontraba cerca de ellos y los saludó con la mano, sonriendo leve.

— Hola. Disculpen, ¿los interrumpo?

— Oh, no, no. Nada. Sólo estabamos hablando. — respondió Makoto sonriendo de vuelta. — ¿Querías preguntarnos algo?

— Ah, sí. — la chica miró a los dos con una expresión más seria. — ¿Ustedes por si acaso se acuerdan cómo llegaron aquí? ¿Son estudiantes o....?

Naegi miró a Harumi, para luego regresar a ver la rubia y ambos negaron con la cabeza. Tenían que fingir si querían tener una posibilidad de salvar a todos esos estudiantes.

— Nos despertamos de repente en unos casilleros, no recordamos nada... — habló la bibliotecaria en voz baja, jugueteando con sus manos nerviosa. En parte era para parecer convincente sobre su mentira, de otro lado realmente estaba nerviosa por estar hablando con alguien nuevo.

— Oh, ya veo. Es una pena... — murmuró la rubia antes de soltar un suspiro, aunque en pocos segundos la sonrisa regresó en su rostro. — Bueno, estoy segura que encontraremos una forma de salir de este lugar. Somos definitivos al fin y al cabo, si unimos las fuerzas, ¡algo se nos ocurrirá!

— Estoy de acuerdo. — Naegi apoyó las palabras de la chica. — Ah, no nos hemos presentado. Soy Aki Mato, el afortunado definitivo. Ella es...

— H-Harumi Hanei... — interrumpió la pelinaranja. Quería intentar presentarse por sí sola, no podía siempre esperar que hablaran por ella. Estaba muy consciente de eso. La situación sin duda requería que hiciera un esfuerzo para poder salvar a todos de ese lugar. — Soy... la bibliotecaria definitiva.

La rubia observó con atención a la pelinaranja, quién bajó la mirada con timidez por ello. Eso hizo aparecer una sonrisa leve en el rostro de la chica.

— Es un gusto, Hanei-chan. Me llamo Kaede Akamatsu, soy la pianista definitiva. — se presentó ella, antes de tomar las manos de Harumi entre las suyas, sorprendiendola. — Tranquila, ¡saldremos de aquí!

— Akamatsu-san, ¿no crees que estás demasiado cerca...? — preguntó el peliazul con gorra negra a su lado, aunque luego suspiró y decidió presentarse. — Yo soy Shuichi Saihara, el detective definitivo. Espero nos llevemos bien mientras estemos aquí.

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