♣︎Capítulo 10: Tiempo Límite♣︎

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Luego del anuncio de Monokuma, sobre la recompensa para quién lograra asesinar otra persona entre ellos antes del tiempo límite, la mayoría entre ellos no supo que hacer. Se quedaron en silencio observando el oso robótico, hasta que finalmente, cierta persona tomó la palabra.

— ¡Encontraremos una forma de irnos de aquí, Monokuma!

— ¿Ah, es así?

El oso miró a Kaede con su típica sonrisa y un aura que demostraba lo mucho que disfrutaba de su rebeldía.  Estiró sus brazos soltando su risita característica, burlándose de ella.

Aún así, la pianista se mantuvo firme. Se puso frente a todos, con gran determinación. Creía realmente lo que decía, se le notaba.

— Si seguimos trabajando juntos, lo lograremos. No seguiremos tu juego.

— Upupupu, eso es todo de ver. Recuerden, ¡dos días a partir de ahora!

Con esas últimas palabras, Monokuma desapareció, dejándo a todos nerviosos. Bueno, casi, porqué uno de los infiltrados sólo se sintió más fuerte. No iba a sucumbir al robot, no se rendiría.
Naegi Makoto estaba decidido a cumplir lo imposible para derrotar aquel oso, antes de que alguien se convirtiera en victima de sus planes.

A diferencia suya, su compañera de misión no sabía que decir o hacer. Sí, fuera del mundo virtual había pasado por situaciones difíciles, pero sentía que nada se acercaba a la tensión que la rodeaba en ese momento.

Desconociendo que tenían dos extras entre ellos que podrían rescatarlos, los otros estudiantes presentes comenzaron a discutir sobre el tiempo límite impuesto por Monokuma. Algunos estaban asustados, otros se limitaron a comer mientras pensaban que hacer.

Luego, estaba Kaede.

— ¡Chicos, vamos! ¡No podemos rendirnos! Somos definitivos, si trabajamos todos juntos...

— Hm, sabes Akamatsu-san, deberías dejar de querer imponer tu idea en las personas. — le interrumpió Kokichi, con sus manos tras su cabeza. — ¡Si sigues así, sólo harás que te odien!

— E-Eso no...

— P-Pues Akamatsu-san tiene razón, Ouma-kun. — Harumi levantó su voz para que pudieran escucharla, ganándose la atención total de los definitivos. Sus manos comenzaron a sudar y apretó ligeramente la falda de su vestido, pero se dió fuerza y siguió hablando. — S-Si todos ayudan, sin duda lograremos... encontrar la salida.

El líder supremo dejó sus labios en línea recta mientras veía a la ojiazul, quién mantuvo su mirada unos segundos antes de dirigir su atención a Kaede. La rubia sonreía animada, posiblemente feliz de haber sido apoyada. Harumi sólo sonrió con cierta timidez, pero a la vez demostrando todo su apoyo.

Naegi fue el segundo en hablar, aún cerca de su compañera y con una determinación similar a la de Kaede visible en su rostro. Aquello llevó la bibliotecaria a pensar que ambos parecían cómo los protagonistas de una historia trágica.

— Kaede tiene razón. Sí, Monokuma nos dió tiempo límite, ¿pero no creen que si nos eliminara a todos tan rápido, sería malo para él? — habló el castaño convencido. Conocía lo suficiente a ese oso para saber que no permitiría la muerte de todos cómo si nada. — Qué nos separemos para sobrevivir, ese es su plan. Por eso usó esto como motivo.

— ¡Hmpf! Si ese oso cree que caeremos en su trampa, ¡está muy equivocado! — Kaito unió sus puños y sonrió, dando a entender que lucharía. — Soy Kaito Momota, ¡Luminary of the stars! Si por ahora todo parece imposible, ¡sólo tendremos que volverlo posible! ¡Lo imposible es posible!

El Último TalentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora