Capítulo 5

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Jasha estaba más histérica con cada cosa que veía de esa niña, lo peor de todo eso, es que ni señal había, por lo que frustrada decidió mejor quedarse sentada estudiando a la pequeña vida que se parecía mucho a ella. Yara era la hija de Kadir, el hombre que sin duda alguna le ponía los pelos de punta con cada cosa, sin embargo, en esos momentos deseo bastante no ser tan imbécil.

— Escucha, es raro verte y que tu padre todavía no haya enviado a sacarnos de aquí —Jasha comenzó a hablar—. ¿No se supone que debes estar en la escuela a estas horas?

— No, papá dijo que podía venir a la empresa a pasar tiempo con él, ya que tiene mucho trabajo por hacer —respondió la pequeña, acercándose a ella—. Eres tan hermosa. Me parezco a ti. Me gusta.

— ¿Segura que eres una niña normal? — Jasha tocó otra vez la mejilla de la pequeña—. Eres idéntica a mí en todo —susurró lo último—. Sigo sin creer que querías conocerme. Tu padre me odia en estos momentos y lo ha hecho de igual modo desde que tenía tu edad.

— Escuché que lo querías comprar para ti cuando tenías cinco —la pequeña levantó sus dedos—. Yo quiero que seas mi mamá. Tienes mucho dinero y podemos decir...

— Espérate, mocosa —masculló Jasha, apretando el puente de su nariz—. Apenas tengo veinticinco, no recuerdo haber dejado en algún momento mis óvulos por ahí... y para rematar el paquete tu padre me odia.

— A mí no me importa —farfulló Yara, poniendo los ojos en blanco—. Yo no quiero a Anne, ella es la mejor amiga de mi papá, pero dice que mi mamá murió por mi culpa, y eso me molesta mucho.

— Es entendible que te moleste, pero eso no quiere decir que debas estar todo el tiempo... —algo hizo clic en su cabeza, y sonrió sin ser una persona disimulada—. Entonces no quieres esa mujer en tu vida... —se pasó la lengua por los labios—. ¿Y por qué me quieres a mí?

— Pues porque es algo que quiero —Yara se acercó mucho a ella—. No me das miedo, es más, me gustas más que ella. Nunca conocí a mi mamá, porque murió después de que nací.

— ¿Y si yo no quiero ser tu madre?

— ¿Me ves con cara de que me importe que no quieras? Si digo algo, pues se hace —Yara echó su cabello hacia atrás—. Me gustas...

— ¿Aló? —ambas miraron hacia dónde estaba la dichosa voz haciendo acto de presencia—. ¿Jasha? ¿Yara?

— Es tu papá —Jasha se puso de pie, presionado el botón—. En verdad estoy por considerar seriamente el hecho de darte el puesto que tanto querías Kadir —ella puso una mano en jarra—. ¡El elevador no tiene mantenimiento!

— La luz se fue en gran parte del Estado —Kadir se justificó—. ¿Y Yara?

— Está muriéndose aquí, porque ni para ser un padre responsable sirves en esta vida —le guiñó un ojo a la pequeña—. Te lo diré ahora, si no me sacas de aquí en tres minutos, voy a matarte desde el más allá.

— No tienes que ser tan extremista con eso —él se aclaró la garganta—. Ya está la energía de emergencia de la empresa, solo estamos esperando investigar qué demonios pasó como para que ustedes dos quedaran atrapadas y la energía de emergencia no sirviera como se debe.

— Bien, deben darse rápido, porque si no estoy mal, el aire que contienen los tubos de ventilación del elevador, están por agotarse.

Ni esperó a que él dijera algo más, terminó la dichosa llamada y decidió tomar asiento bien lejos de la niña. Comió lo poco que le quedaba del dulce, tratando de buscar señal y comunicarse con sus padres, pero lo más seguro es que ambos anden tomando el primer vuelo hasta UTAH o que su tío Kiral esté llegando al edificio con cientos de hombres armados porque cree que fue un atentado contra ella.

Esposo compradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora