Capítulo 40

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Si en algún momento alguien le decía que estaba en peligro, no lo creería, ya que la seguridad de su familia era impenetrable. Estaba en un estado de shock inminente luego de que el doctor le comentó que posiblemente estaba embarazada. Era obvio que su actividad sexual con Kadir era demasiado activa si ambos a duras penas dejaban sus manos fuera el uno del otro para dormir o descansar luego del trabajo.

Sus manos estaban atadas a más no poder, quería huir de todo lo que estaba en ese lugar, pero el auto en el cual la llevaban estaba en constante movimiento y el olor a mar llegó a sus fosas nasales.

— Hemos llegado, amor —escuchó la voz de Jax y su cuerpo no reaccionó de una buena manera—. He estado planeado todo esto por meses. Buscando el día y la hora para saber en qué momento la seguridad de ese edificio bajaría un poco y fue hoy.

— Jax...

— Ese es mi nombre —se detuvo el auto, luego de decir esas palabras—. Daremos un paseo y luego llegaremos a nuestro nido de amor.

— Por favor...

— Sh, descuida. Fueron seis años los que estuvimos separados. Ahora solo esperaremos unos días y listo —Jax bajó del auto, y fue a buscarla—. No hay nadie, estuviste durmiendo por largas horas hasta que se hizo de noche, amor.

— Mi familia... mi familia te encantará...

— No lo harán, porque si no lo han hecho en estos meses, ¿por qué lo harán ahora? —la sacó del auto—. Busca dónde desaparecerlo, que no quede nada de él.

— Como ordene, señor —le dijo otra persona.

Jasha no podía ver nada y apenas podía caminar descalza por el puente del puerto, si es que estaban ahí. Si había dormido durante horas, su familia debía estarla buscando por todos lados y Jax era muy astuto. Él la tomó en brazos y la subió a un barco, antes de amarrarla a lo que parecía ser un tubo, o eso fue lo que tocó cuando sus manos fueron aprisionadas.

El silencio del lugar era tenebroso y si estaba embarazada como le dijo su doctor, él no podía saberlo.

— Estás muy tranquila, amor —él encendió el motor y ella tuvo que agarrarse bien para cuando puso en marcha el barco—. Muy tranquila para mi gusto, algo que no me parece del todo, porque no eres tan callada...

— ¿Qué pasó con Kadir? —se atrevió a preguntar—. Estaba conmigo y el chofer también...

— Ambos para este momento deben estar muertos o bueno, uno de los dos ya lo está —Jax sonaba tan tranquilo—. Te disfrutó demasiado, los amigos no deben meterse con la mujer de otros y eso lo hizo él... Me hubiese gustado ser la persona que le diera la estocada final, pero te tenía en mis manos y eso fue mejor.

— Estás mal... lo sabes —sollozó—. Dime que él está bien, que no le hiciste nada malo, por favor...

— Él no debe de importarte, solo yo —Jax suspiró con pesadez—. Iremos a un sitio hermoso, nadie nos encontrará ahí y después nos iremos a Australia.

— Escúchame...

— No hay nada que escuchar, porque los dos sabemos a dónde llevará todo —él detuvo el pequeño barco en medio del mar—. UTAH es un sitio conocido porque aquí habitan los Richter, la familia más influyente en el mundo, tanto que en la mafia de cualquier índole se les respeta —comenzó a relatar—. Pensar que todo esto pasa porque nadie quiere verlos en el poder...

— Mi familia ha ayudado a muchos... —Jasha gimoteó cuando la agarró por el cabello—. Por favor, por favor... no me hagas daño —estoy embarazada. Deseo decirle—. Podemos...

Esposo compradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora