Jasha sollozó y las lágrimas no tardaron en salir cuando el dolor en su cuerpo fue evidente. Quería morirse por todo lo que su cuerpo estaba sintiendo. En su momento, el sexo fue glorioso, con toques de dolor soportables, pero en ese momento estaba muriéndose de dolor. Se había tomado pastillas desde que llegó del hospital, hasta la del día después, por si de causalidad algún condón se rompió, no quería pasar por la situación de su madre en la cual no recordaba la noche en la cual la procrearon.
— Ven —Laisha la ayudó a sentarse en la cama—. Kadir te destrozó algo más que tu corazón.
— Creo que me despegó hasta la matriz, los ovarios, el hígado me lo quitó, de paso, me rompió una costilla —ella abrió la boca para que le diera la sopa—. Oh, cierto, me dislocó la cadera. Me duele hasta el alma.
— ¿Te rompió el anastasio? —preguntó ella, tratando no reírse—. Ahí si tendrías que caminar como bambi...
— No, mi anastasio anda seguro —Jasha puso los ojos en blanco—. Lo único que no está seguro es mi orgullo —masculló como si fuera una niña pequeña—. Kadir me destrozó hasta las entrañas.
— Debiste quedarte en observación en el hospital —Laisha tomó el plato de sopa que había llevado para ella—. Te ves muy mal, preciosa.
— Ni que lo digas —abrió la boca para que le diera la sopa—. No imaginé que él tuviera tanto poder... Es decir, se ve como de esos hombres que hay que decirle todo paso por paso, pero al final fue él quien terminó por decírmelo a mí.
— Me voy a reír de tu desgracia, en verdad que sí —se burló ella—. No me quiero ni imaginar lo que tienes en mente en estos momentos.
— Voy a tomarme unos días más de descanso para recuperarme —dijo firme—. No le daré el gusto de verme caminar como bambi.
— Tienes razón, es lo mejor —su prima le dio un poco de sopa—. Te ves realmente como una persona que está a punto de morirse —hizo una pausa—. ¿Irás a la boda de Kadir o no?
— Me temo que tengo que ir a ver cómo él pretende seguir con ese plan —ella se encogió de hombros—. Pidió una luna de miel, pues se la daré como Dios manda.
— Debes estar realmente loca para seguir con estos locos planes —Laisha le dio otro poco de sopa—. Mira cómo estás. Te dejó destrozada el pobre hombre.
— Ni tan pobre, porque dice con orgullo que mide veintisiete —Jasha tragó un poco—. Ahora bien, quiero salir a bailar otra vez.
— Sí, hay que sacudir el culo —su prima rio—. Tenemos que hacer muchas cosas ahora. Ya me iré en unos meses y tú estarás casada con Kadir.
— Por supuesto.
Laisha le dio con mucha paciencia la sopa, y le ayudó a ir al baño. En verdad estaba que no podía ni caminar bien, le dolía todo el cuerpo y su doctora le indicó que era normal sentir dolor si era tan grande como se lo describió. Lo peor de todo, es que cuando llegó, pensaron que la habían violado, pero tuvo que decir que disfrutó del encuentro para que no llamaran a la policía.
En ese momento, solo quería dormir durante largos días, pero era algo imposible en ese momento. Laisha se fue unas horas más tarde a la casa de sus abuelos paternos y ella se quedó sola en casa. Frunció el ceño al ver que su celular estaba sonando y que era el número de Vianny, la secretaria de Kadir.
Se suponía que no tenía que tomar la llamada, pero era extraño que la estuviera llamando a esa hora del día.
— ¿Hola? —puso el altavoz—. ¿Vianny?
— Hola, mamá... —la voz de Yara sonaba apagada—. ¿Puedo hablar contigo?
— No...
— Por favor... —Yara sollozó—. No te molestaré más, te lo prometo —la niña comenzó a llorar—. ¿Puedes llevarme a Rusia contigo?
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Esposo comprado
RomanceSu objetivo siempre fue ese hombre, nunca se había enamorado tanto al punto de hacer lo necesario para tenerlo y no le importaba nada... si tenía que comprarlo, lo haría y si tenía que jugar sucio, también lo haría. Ella tiene un dicho: Lo que quier...