Dejó caer la cartera sobre el sofá, y besó varias veces la parte en dónde se encontraba la firma de Kadir, al fin se había casado con su hombre, solo tenía que seguir los consejos de su difunta abuela Karla, y lo tendría siempre comiendo de la palma de sus manos. Ese hombre era suyo, esperó veinte años para casarse con él y en ese momento le pertenecía.
— Vas a gastar el papel —Laisha tomó asiento subiendo los pies sobre la mesita de noche—. Debes estar que no te aguantas más de dos minutos sin dejar de besar el dichoso papel.
— Es que me casé con mi hombre —se dejó caer en el sofá junto a su prima—. No puedo creerlo...
— Ahora lo que tienes que cuidar es tu anastasio, porque lo más seguro es que esos centímetros que se carga te los clave de golpe —Laisha se giró un poco hacia ella—. Ahora bien, vivirán aquí, esta casa ya parece anatomía de Grey.
— No importa —chasqueó la lengua, viéndose más esperanzada que antes—. Me casé con mi hombre, es todo mío el desgraciado. Me costó veinte años hacerlo, al fin...
— Pero te costó veinte años también tener su cosa dentro de tu cosita —siguió burlándose su prima—. Es increíble cómo puedes estar enamorada de un hombre que solo se ve como una niña...
— Al menos me veía como una niña, no como mi hermana de sangre —le sacó la lengua—. Hablando de eso... ¿Ya sabes a dónde irás a pasar tus vacaciones?
— Iré a molestar a mi madre al pueblo donde vive en Turquía —suspiró ella con pesar—. A lo mejor termine quedando por allá, me case con alguien y fin...
— No puedes casarte con alguien que no amas solo por gusto —dejó los documentos en la mesita del centro—. Sabes que te amo, eres mi vida en una sola, pero veo que sigues empeñada en guardarle luto a Kaleb por más que él ande por ahí con otras mujeres.
— Es duro cuando te enamoras y la relación solo la abarca una persona —ella se echó el cabello hacia atrás, mirando el techo—. Ya me rendí, como te dije, pero es difícil cuando quieres a alguien y este te trata como un cero a la izquierda. Ahora entiendo cómo mi madre se sintió al descubrir las infidelidades de mi padre hace décadas, la manera en la cual se casó con otro hombre...
— Lo que pasó con tu madre fue difícil, Laisha —aceptó Jasha—. Ella es feliz estando sola, se siente bien porque puede elegir su vida...
— Mi madre se ha estado viendo durante años con un hombre de su pasado, pero nadie de la familia lo sabe —confesó su prima, mordiendo su labio—. Ella es feliz con él...
— Pero tu padre...
— Sigue estando solo, porque ninguna de sus relaciones próspera y una parte de mis me alegra tanto de verlo sufrir —negó con la cabeza, y sonrió con ironía—. Ya no hablemos de eso, es momento de estar feliz porque al fin podrás tener sexo con él...
— Hay alguien que vendrá a vivir durante un tiempo con nosotras —Jasha se echó aire con las manos—. Bueno, será Yara, ya la conoces...
— No veo ningún problema con que ella viva con nosotras...
— Bien, porque ella me ayudó mucho en esto —se levantó del sofá—. Kadir debe estar despidiéndose de su familia y organizando todo para venir hoy aquí. Debo avisar a los encargados del hotel que preparen todo para mi llegada el día de mañana.
— Me iré también —le recordó su prima—. No quiero imaginarme cómo será que vivamos todos aquí.
Jasha negó de manera divertida hacia su prima, las cosas estaban por cambiar o eso esperaba, puesto que Kadir era la clase de hombre que siempre tenía algo que decir o hacer. La sola idea de que le propusiera vivir en la casa en donde llevaba a todas sus novias le daba asco. Esa gente era de armas temerarias, puesto que alguna de ellas a lo mejor puso cámaras en lugares estratégicos para hacerles daño.
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Esposo comprado
RomanceSu objetivo siempre fue ese hombre, nunca se había enamorado tanto al punto de hacer lo necesario para tenerlo y no le importaba nada... si tenía que comprarlo, lo haría y si tenía que jugar sucio, también lo haría. Ella tiene un dicho: Lo que quier...