𝟏𝟐

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Deuce —Yuu le llamó una vez estuvieron fuera de la casa de Vil—. Adelántate y lleva las cosas a casa. Iré en un segundo.

Yuu... —A Deuce no le agradó la idea, y le miró con miedo—. Dime la verdad, ¿volverás a irte...?

Claro que no —Sonrió, intentando calmarlo—. Solo voy a recoger unas plantas, y no quiero que cargues tanto peso por mucho tiempo. Te alcanzaré en un segundo, lo prometo.

Deuce respiró hondo, armándose de valentía. Decidió confiar en Yuu.

No tardes, por favor... No me hagas salir a buscarte... —Murmuró, antes de darse la vuelta e irse.

Sin perder tiempo, Yuu fue a las cercanías del bosque, donde las plantas crecían más verdes y fuertes. Al ver los árboles, y el camino que ya conocía muy bien hacia el castillo, se sintió tentado. Sin duda extrañaba su cálida cama, el agua caliente, los manjares de la cena...

Pero no solo eso...

Sino también las tardes en las que Lilia pacientemente le enseñaba a leer, las caras que ponía Silver cuando le contaba acerca del mundo exterior, la extraña forma en la que Sebek le demostraba cariño —gritándole—, e incluso la forma en que Malleus lo miraba.

Pensó en que de seguro, si volvía al castillo lo recibirían con un festín... 

Pero, se obligó a volver a su realidad. No podía irse del pueblo, no cuando aún lo necesitaban.

<<Saúco, tengo que encontrar saúco...>>

No tardó en encontrar las pequeñas florecitas blancas de las que había leído junto con Lilia. Tomó varios puñados, con todo y raíces, los guardó en su bolso y tras despedirse del bosque, se dirigió a casa.

 Tomó varios puñados, con todo y raíces, los guardó en su bolso y tras despedirse del bosque, se dirigió a casa

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Cuando llegó a casa, Deuce estaba esperándolo impaciente frente a la puerta.

Deuce, ¿llevas todo este tiempo ahí? —Suspiró—. Podías esperarme dentro, no hacía falta que estuvieras aquí afuera con el frío que hace. Vamos —Tomó la mano de Deuce, y juntos entraron a la casa.

¡Yuu! ¿¡Tenemos nuevo colchón?! —Riddle le preguntó, aunque era obvio. El nuevo colchón estaba en medio de la sala, y aun así Riddle no podía terminar de creérselo—. ¿¡Y edredón!?

Sí, y ropa también, necesito que se las prueben —Dijo contento—. Trey, por favor, ¿podrías tirar el colchón y el edredón viejo? Y poner el nuevo en su lugar.

De inmediato.

Oh, y Riddle, ¿podrías hacerme un favor? —Pidió. Riddle rápidamente asintió, queriendo ayudar en lo que fuera.

𝘽𝙡𝙤𝙤𝙙𝙮 𝙏𝙚𝙖𝙧𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora