III

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Trabajé esa noche, y la siguiente, y la siguiente a esa. Esa semana tendría libre tanto el Sábado como el Domingo. Se agradecía después del último turno de Sábado que tuve. Aunque el incidente me llevó a conocer a Leon, no me apetecía que la situación se repitiese.

Y hablando del rey de Roma, no le había visto en toda la semana, aunque sí habíamos hablado por WhatsApp. Él había dado el primer paso al mandarme un mensaje, y debía admitir que eso logró sacarme una sonrisa.

 No fue más que un "¿qué tal todo?", pero bastó para alegrarme el día, sobretodo porque fue un día en el que acababa de discutir con Lexie por el tema del Domingo.

Estaba un poco harta de ella, ¿qué más le daba lo que yo hacía o dejaba de hacer en mi tiempo libre? Sí, éramos amigas, pero no tenía por qué contarle mi vida al detalle, como si de un informe se tratase. Tenía derecho a tener mis secretos, y Leon formaba parte de ellos.

Roger me había invitado al partido de fútbol de ese Sábado, y a la fiesta que habría después. Estaba indecisa, y notaba al rubio desanimado, le entendía, era Viernes y aún no le había dicho si iría o no.

Al final, le dije que sí. Justo antes de entrar a trabajar en el bar.

Sophie estaba atendiendo a un hombre moreno que se me hacía extrañamente familiar. Sonreí cuando entré en la barra, ya cambiada. Era Leon.

—Buenas noches —saludé, algo divertida.

—No se me han olvidado mis pantalones —rio él, haciéndome soltar una pequeña risa.

—Sólo dime cuando quedamos y te los devuelvo —respondí, él asintió con la cabeza.

El turno fue tranquilo, Leon y yo intercambiábamos miradas de vez en cuando, riendo en más de una ocasión. No sabía desde qué hora llevaba ahí, pero estaba segura de que se quedaría hasta el cierre y me llevaría a casa.

El pensamiento de que él sabía que tenía turno llegó a mi cabeza como un fogonazo. De nuevo el tema de la duda de si estaba controlándome a mis espaldas.

Cuando quedaban diez minutos para cerrar avisé a Leon y se marchó, diciéndome que me esperaba en su moto, donde la otra vez.

—¿No es el tipo de aquella noche? —Preguntó Sophie mientras nos cambiábamos.

—Tenemos bastantes clientes habituales —respondí yo, sin darle mucha importancia a sus palabras.

—Ya, pero ese... no sé, destaca entre los demás —por un momento pude ver una pequeña chispa de lujuria en sus ojos.

Sophie tenía dos años más que yo, pero aun así la diferencia de edad entre Leon y ella seguía siendo grande.

—Puede ser, ni idea —dije yo, con algo de indiferencia. Quería terminar con aquella conversación cuanto antes.

—Ha preguntado por ti —la miré incrédula —. Habrá llegado unos diez minutos antes que tu, y tan pronto como le he servido la primera birra me ha preguntado si hoy venías.

—Ah... —fue lo único que me salió decir.

—Es un poco mayor, ¿no? —Abrí los ojos como platos ante lo que insinuaba, además de que hasta hacía un momento ella misma quería tirarse a Leon.

Me encogí de hombros.

—No hablé mucho con él —mentí —. Echó a un borracho el Sábado porque estaba perdiendo los papeles y me insultó —expliqué mientras salíamos del vestuario y apagábamos las luces del local, comprobando que todo se hubiera quedado en orden.

Forbidden {Leon S. Kennedy}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora