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Una tarde más que no escapaba de su rutina. Changbin manejaba casi de manera robótica la motocicleta en la que iba montado esquivando carros y tratando de ganarle a los semáforos para no llegar tarde por Minho.

Cuando llegó a la escuela se alegró de ver gente.  Hace mucho tiempo que no llegaba cuando aún había papás y mocosos por alrededor; hace tiempo que no llegaba temprano. Esperó paciente, recargado en la motocicleta vieja con la que estaba tan agradecido por salvarlo tantas veces.

Pero el tiempo pasó y escuela se comenzó a vaciar y él no veía a Minho por ningún lado. Comenzó a ponerse nervioso así que después de asegurar la moto se acercó a la entrada del lugar. Afortunadamente la maestra de Minho era la encargada de cerrar las puertas esa tarde por lo que no tuvo que buscarla, estaba frente a él.

-Oh, joven Seo...

-¿Dónde está Minho?- No pudo evitar interrumpirla pero se sentía nervioso.

-En la dirección.- Soltó de una y Changbin pensó en miles de escenarios que involucraban a su hermanito.

Sin esperar más, Changbin ingresó a la escuela, caminando rápidamente entre los pasillos. Debido a que él también fue a esa escuela cuando era niño conocía bien la estructura así que no le costó llegar a dicho lugar.

En las bancas que estaban fuera de la dirección vio tres cuerpecitos sentados, sin embargo, no prestó atención a nada más que a Minho lleno de polvo y con el labio roto. Sintió su sangre hervir, alguien se había atrevido a golpear a su hermanito. Con los puños apretados se acercó a Minho, tratando de lucir lo menos furioso posible, al estar frente a él se puso en cuclillas y tomó las pequeñas manitas del niño.

-Min...- Le llamó, buscando encontrar las palabras correctas.- ¿Estás bien? ¿Qué fue lo que ocurrió?- Su hermanito tenía la cabeza gacha, evitando su mirada. Soltó una de sus manitas y tomo su cara desde la barbilla para que lo mirara. En cuanto Minho alzó la mirada y la conectó con la de su hermano sintió sus ojos aguarse y comenzó a llorar.- Hey, está bien, está bien.

Changbin lo trajo hacía su pecho y lo abrazó, sobando su espalda para relajarlo. Fue entonces que Minho habló.

-¿No me vas a regañar?- Preguntó entre hipidos. Changbin lo separó de su cuerpo para sostenerlo por los hombros y mirarlo tranquilo.

-Claro que no Min.

-Pero estás molesto.

-Si, lo estoy, pero no contigo Min. Jamás podría enojarme contigo.- Secó sus lágrimas y espero hasta que Minho luciera más tranquilo.- ¿Qué pasó?

-Los niños de siempre... ellos comenzaron a molestarme, burlándose de que no tenía papás y porque siempre estoy solo en las actividades de papas y hijos.- Minho había vuelto a llorar al mismo tiempo que Changbin se controlaba con todas sus fuerzas para no ir y destrozar a esos niños.- Yo me enojé y quise defenderme pero eran más y me tiraron con un golpe...

Minho ya no quiso hablar y Changbin respetó su decisión, simplemente lo atrajo de nuevo hacía su pecho y lo abrazó mientras trataba de tragarse su enojo e insultos. Sin embargo, unas vocecitas interrumpieron su mantra.

-Eran muchos pero los vencimos.

-¡Si!

Y ahí estaban de nuevo, esos niños que habían acompañado a Minho en las escaleras hasta que llegó estaban sentados en las sillas también, sucios y con el cabello revuelto.

-¿Quiénes son ustedes?- No quería sonar grosero pero esos niños lucían tan tranquilos que lo asustaban.

-Yo soy Hyunjin.- Habló el niño más grande, tenía tierra hasta en el cabello pero ningún golpe.- Y él es Jeongin.- señaló el niño a su lado. Tenía un rostro muy tierno y menos tierra que los otros dos pero Changbin podía identificar a un niño muy despierto y él era uno.

ᏞᏆᏙᎬ ᎪᏀᎪᏆΝ ✭ ᏟᎻᎪΝᏀᏞᏆХ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora