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Changbin hizo caso a la indicación del pecoso y aún cuando el sueño casi lo tumbaba, decidió cenar un poco antes de subir, cobijar a Minho e irse a dormir.

Aprovechando que sería domingo la mañana siguiente, el mayor de los Seo no puso alarma y apagó su celular para no ser molestado por nadie. Necesitaba un descanso.

Por ello no despertó hasta que su organismo no aguanto seguir durmiendo más tiempo. Se removió entre las cobijas, enredándose en ellas a su paso, mientras tallaba sus ojos tratando de despejar el sueño acumulado. Quedó boca arriba, totalmente envuelto en la sábana y mirando sin mirar el techo, reflexionando un poco sobre su vida.

Sin embargo, su tren de pensamientos fue interrumpido cuando escuchó un sonido. Tardó unos segundos en reaccionar, hasta que identificó que provenía de la cocina, o al menos del piso de abajo, así que de un salto se puso de pie tropezando porque sus pies se enredaron en la colcha.

Bajo con cuidado, no sin antes tomar una de las escobas que por alguna razón descansaban en medio del pasillo de arriba. Asomó su cabeza poco a poco, buscando la fuente de aquel sonido, encontrando segundos después que sus sospechas eran ciertas, el ruido provenía de la cocina.

Aunque realmente aquello no lo calmó. Incluso lo alteró más.

Al llegar a dicha habitación encontró a Minho subido sobre un banquito frente a la estufa con una cajita de cerillos en sus manos y la llave del gas ligeramente abierta.

Changbin dejó caer la escoba cuando sintió como la sangre abandonaba su cuerpo pero aún así, forzó a sus débiles pies de correr hacia su hermano, cerrar el gas, tirarle los cerrillos y sostenerlo para que no cayera del banco.

-¿Qué… qué estabas haciendo?- Preguntó alterado, mirando el suelo y notando un par de cerrillos en el mismo. Tomó a su hermano por los hombros y lo giró en todas direcciones, tratando de encontrar algo malo.- Minho, tú sabes qué es peligroso estar cerca de la estufa, mamá te lo dijo, ¡yo te lo he dicho!

Minho solo mantenía su mirada baja y Changbin se regañó a sí mismo mentalmente. No quería gritarle a su hermano pero verlo ahí, tan cerca del peligro lo hizo sentir realmente asustado. Ni siquiera quería pensar en que habría ocurrido si no llegaba a tiempo.

-Lamento gritarte pero me asustaste. Tú mismo hiciste una tarea sobre los peligros de la cocina y claramente la estufa estaba en la lista.- Trato de aligerar el ambiente. Cargó a su hermanito y lo sentó en la encimera para después tomar su quijada y elevarla para que lo mirara.- No estoy enojado, solo quiero saber qué hacías.

-El desayuno…

-Pero Min, sabes que eso me toca a mí. Yo hago el desayuno siempre.

-Por eso..- Min comentó bajito, huyendo de la mirada del mayor por lo que Changbin sé preocupó. Tomó nuevamente el rostro de Minho y lo giró hacía él, invitándolo a continuar.- Siempre haces el desayuno y hoy quería hacerlo por ti. Estabas muy cansado porque fui a despertarte y ni siquiera te moviste. Ya tenía hambre así que creí que tú también… Yo quería que fuera sopresa.

Changbin ni siquiera pudo molestarse. Sintió su corazón romperse por lo mucho que amaba a su hermano. Tan maduro y valiente para su corta edad. Lo acercó hacia él para abrazarlo con fuerza y depositar un beso en su frente.

-Te lo agradezco lindo pero no importa si yo parezco cansado o no, es mi responsabilidad hacerte el desayuno. No quiero que vuelvas a ponerte en riesgo solo porque soy un flojo. No me perdonaría si algo te pasara. Así que para la próxima vez que tengas hambre y yo no me despierte te doy el derecho de subirte encima de mí y brincar hasta que lo haga. ¿De acuerdo?

ᏞᏆᏙᎬ ᎪᏀᎪᏆΝ ✭ ᏟᎻᎪΝᏀᏞᏆХ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora