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Su reloj biológico no le dejó seguir durmiendo más tiempo. Siempre era así, incluso cuando tenía oportunidad de dormir hasta tarde, se levantaba cerca de las ocho de la mañana. Era algo cotidiano ya y eso le molestaba demasiado.

Sin embargo, ahora hasta cierto punto lo agradecía. Podía echar un vistazo rápido a la habitación donde se encontraba.

No cambiaba mucho con luz del día, solo lucía más feliz. La paleta e colores no variaba entre el azul y el negro: sus cobijas, las almohadas, la ropa que salía del armario.

Notó que estaba más desordenado de lo que recordaba de la noche anterior. Aunque entendía perfectamente que el mayor, en sus días libres, lo que menos quería era dedicarlos a limpiar.

No quiso indagar de pie, era curioso pero tenía sus límites. Solo observaria lo que pudiera desde su posición. Por ello, giró la cabeza en diversas direcciones. Prestando atención a los posters, bandas que no conocía pero lucían exactamente como imaginó la personalidad de Changbin: raperos, bandas de rock y uno que otro girl group. También notó que había muchos peluches ordenados en el fondo de la habitación y sobre los muebles. Todos muy limpios y al parecer colocados en esas posiciones a propósito.

Su decencia duro poco, aquello hablaba de Changbin pero no lo sentía como él. Si sería su amigo necesitaba saber las cosas que le gustaban. Así que se puso de pie despacio para no despertar a Jeongin y comenzó a caminar por la habitación.

Notó que en el cesto de lo que seguramente era ropa sucia, mucha ropa de color rosa descansaba. Nunca había visto al mayor con esos tonos e imagino que era porque todo estaba ahí. Ojalá algún día lo pudiera ver vestido con aquellas prendas. En la mesita había muchos mangas de romance y de fantasía, aquellos que hablaban de hadas y seres ocultos en la naturaleza.

No podían faltar los que hablaban de música y de composición, claro está. Caminó unos pasos más en la habitación hasta toparse con unas fotos pegadas en su pared. Sonrió al acercarse. Eran fotos de Changbin cuando era más chico, incluso había algunas con Minho y otras más con quienes creía que eran sus padres pues se parecían mucho al mayor. No tenía fotos con amigos y aquello le puso triste.

Pero notó algo que le hizo sentir mejor, en la mayoría de las fotos, sino es que en todas, Changbin salía sonriendo genuinamente.

En las fotos donde posaba solo, sonreía sin mostrar los dientes pero ese pequeño gesto le hacía lucir muy dulce. Parecía un niño feliz al que le daba un poco de vergüenza posar ante la cámara. Cuando posaba con un muy pequeño Minho su sonrisa se ensanchaba totalmente, mostraba sus dientes disparejos, sus mejillas se abultaban y sus ojos desaparecían mientras lo apretaba en sus brazos. Era claro que Minho era de sus principales razones para vivir y sonreír.

Y en las fotos familiares la dinámica cambiaba un poco. Su padre siempre se ubicaba a la izquierda mientras que su madre a la derecha siendo abrazada por el señor y quién ubicaba sus manos en los hombros de Changbin que se ponía en medio de ambos. Había otras fotos familiares donde ahora Changbin cargaba a Minho siendo un bebé, todos luciendo sonrisas inmensas.

Algo que le causó mucha ternura es que notó que aquel gesto que vio a Changbin hacer en repetidas fotos, lo hacía también su madre: el dedo índice presionaba ligeramente sus mejillas, haciéndoles lucir adorables.

Sin embargo, las fotografías estaban un poco empolvadas. Lo más probable es que fuera porque Changbin ya no se sentía cómodo viéndolas. Y aquello entristecía al pecoso.

-¿Felix?- Una vocecita detrás de él lo hizo pegar un brinco. Jeongin se había despertado. Estaba sentado en la cama tallando sus ojitos.

El pecoso dio media vuelta y caminó hasta su hermanito. Con un sentimiento extraño en el pecho. Le ponía feliz conocer un poco más de la personalidad del Seo mayor, aunque fuese a escondidas.

ᏞᏆᏙᎬ ᎪᏀᎪᏆΝ ✭ ᏟᎻᎪΝᏀᏞᏆХ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora