Al llegar a casa el cansancio venció a Minho. Changbin arregló un poco el hogar, lavando ropa, trastes, haciendo la comida, preparando todo para el día siguiente. Cuando dieron las ocho de la noche despertó a Minho para que cenaran juntos, se diera un baño y finalmente pudiera seguir durmiendo.
Changbin arropó a su hermanito y levantó un poco su habitación. Había descubierto que Minho volvió a jugar un poco estos días. Encontraba uno que otro juguete tirado y por las mañanas escuchaba como cambiaba de voces al traer un muñeco diferente en cada mano. Eso lo ponía muy feliz.
Cuando salió, se dirigió a su habitación, se bañó y se acostó en poco tiempo, sin embargo, el sueño tardó. Su mente divagaba en muchos escenarios, la mayoría de ellos nostálgicos sobre recuerdos que él tenía de su familia. De la forma en que su madre los amaba, como siempre jugaba con ellos y les tomaba fotos, diciéndoles que poses hacer. Su favorita, poner el dedo en la mejilla, era lo mejor. También extrañaba a su padre, aquel hombre que parecía ser de carácter duro pero en realidad era alguien muy gentil, que jugaba con ellos a las luchas o lloraba disimulado con alguna película de Disney.
Changbin se mostraba maduro ante todos, ante Minho sobre todo, pero la verdad es que seguía siendo solo un chico cuando sus padres fallecieron. Se sentía perdido en la inmensidad del mundo. Suspiró cansado, tenía que dormir antes de aquellos malos pensamientos volvieran.
La mañana del lunes llegó más rápido de lo esperado. Su alarma aturdió sus sentidos en un segundo por lo que fastidiado la apago sin siquiera abrir los ojos.
Realizaron su típica rutina, por lo que en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraban de camino a la escuela. Al llegar, despide a Minho y sale corriendo. Había hablado por mensaje con Felix la noche anterior, diciéndole que había sido contratado y que mañana empezaba. No quería que le quitaran mucho tiempo con su hermano así que el pecoso empezaría en la tarde. Iría por ambos niños y se dirigirían de la escuela a la casa de los Seo para pasar la tarde ahí. Eso le ayudaba bastante para ya no llegar tarde a su trabajo de la gasolinera. Su puesto colgaba de un hilo.
Y así fue. Cuando el timbre sonó, Minho salió un tanto temeroso, los hermanos Lee le había caído bien pero se sentía inseguro a pasar todas las tardes ya junto a ellos. Además de que extrañaba que Changbin fuera por él.
Escuchó unos pasitos apresurados y un segundo después ya tenía a Jeongin a su lado, tomando su mano.
-Vamos, ¡Lix nos está esperando!- No esperó respuesta, simplemente salió disparado en dirección a donde siempre se quedaba de ver con su hermano.
Como había dicho, Felix ya los esperaba recargado en su auto, con sus lentes oscuros puestos y un helado en su mano. Al verlos, su expresión fría desapareció en segundos y una hermosa sonrisa la reemplazó, achicando sus ojos y moviendo su mano feliz. Jeongin iba casi corriendo, sus piernas regordetas lo meneaban de una manera demasiado tierna mientras Minho sonreía tímido.
-Hola chicos, ¿cómo les fue?- Preguntó una vez llegaron los niños frente a él mientras se agachaba y saludaba de beso a Jeongin, quiso hacer lo mismo con Minho pero sabía que era un chico al que parecía no gustarle mucho el contacto físico, así que decidió preguntar.- ¿Puedo darte un besito a ti también?- Vió a Minho dudar pero luego un asentimiento leve le confirmó su pregunta. Felix acercó sus labios a su mejilla y plasmó un beso sonoro. Minho se sonrojó, se sintió muy bonito aquel beso, una especie de cariño se sintió a través de él. Le recordó un poco a los besitos que le daba su mamá.
-¡Bien! Mi tarea si estaba bien.- La efusividad de Jeongin trajo de vuelta a Minho. Felix noto el semblante nostálgico del menor así que quiso animarlo.
-Lo sabía, ustedes son muy inteligentes. Por eso se han ganado un helado. Vamos.- Los llevó al carrito de helados donde siempre compraban. Ambos niños agradecieron cuando un cono grande reposaba en sus manos.- Bien, suban al auto que nos vamos.
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ᏞᏆᏙᎬ ᎪᏀᎪᏆΝ ✭ ᏟᎻᎪΝᏀᏞᏆХ
FanfictionChangbin es un chico solitario que, con tan solo veintiún años, es el tutor completo de su hermanito Minho de seis. Debido a un lamentable accidente de auto que terminó con la vida de sus padres, los hermanos Seo han tenido que vivir solos consumido...