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El sonido irritante de su alarma le hizo despedirse de aquel sueño reparador en el que estaba sumergido. En cuanto fue consciente de que debía empezar su rutina no pudo evitar soltar un quejido, estaba cansado, harto y solo quería seguir durmiendo.
Sin embargo, recordó que ese día debía hablar con el pelirrojo para aceptar su propuesta de ayudarlo con su hermanito con la única razón de que no estuviera tan solo en casa.

Se levantó con un pesar sobre sus hombros que intentó alejar dándose un baño. Se vistió casi robóticamente, sin ver realmente que colocaba sobre su cuerpo. Salió de su habitación y caminó hasta la de Minho donde lo despertó con un beso en la cabeza y diciéndole que se bañara solo cómo el niño grande que era.

Mientras tanto, él se dirigía a la cocina para preparar el desayuno lo más saludable posible que su refrigerador, casi vacío, le permitiera. Cuando estuvo listo, escuchó el grito de Minho desde arriba, corrió y lo encontró sentado en la cama con unos calzoncillos limpios puestos, una camisilla blanca y tratando de secar su cabello.

-Que grande eres ya, cambiandote tú solo.- Halagó, haciendo que Minho sonriera orgulloso levemente. No era mucho pero hizo tan feliz a Changbin.

Sacó el uniforme que había planchado la noche anterior y le ayudó a su hermano a ponérselo. Peinó su cabello y luego unos zapatos muy bien boleados estaba por amarrar cuando unas manitas lo interrumpieron.

-Ya sé amarrarlas, me enseñaron en la escuela.- Presumió y Changbin quiso llorar cuando vio a su hermanito atar débilmente sus agujetas.- ¡Tadán!

El Seo mayor se acercó a su hermano para abrazarlo con fuerza, sintiéndose completo cuando aquellos bracitos lo intentaron apretujar con la misma fuerza.

-Estoy muy orgulloso de ti Min.- Besó su cabeza y por primera vez en mucho tiempo una sonrisa completa adornaba el rostro del pequeño.

-Te quiero Changbin.- Aquellas palabras por poco hacen llorar a Bin quien asintió levemente tratando de tragarse el nudo en su garganta. Tal vez no estaba haciendo las cosas tan mal.

-Yo te amo mucho.- Besó nuevamente su coronilla antes de ponerse de pie y despeinar sus cabellos.- Ahora hay que apurarnos para que no llegues tarde.

Desayunaron tranquilamente y para cuando los platos estuvieron vacíos tomaron sus respectivas pertenencias para salir. La diferencia de aquella mañana era que iban caminando en dirección a la primaria del menor, más que nada porque Changbin quería hablar directamente con Minho y en la moto no podía. Iban tomados de la mano por lo que no fue difícil captar su atención, hizo falta un ligero apretón en la manita para que Minho ya lo mirara.

-Oye Min, quería contarte algo. ¿Recuerdas lo que el chico pecoso dijo ayer? Sobre que era niñero y podría cuidarte.

-Mhm, si.- Notó fácilmente el cambio de actitud en el menor y se sintió nervioso.

-Bueno, yo creo que es una buena idea el que pases las tardes con él, e incluso con su hermanito. Parecen buena onda.

-Yo quiero estar contigo.- Y Changbin sintió un pinchazo en su corazón.

-Y estaremos juntos, solo lo hago para que en las tardes no te quedes tan solito. Todo seguirá normal entre nosotros.

Vio a Minho hacer un puchero y Changbin suspiró. Tal vez Minho se negaría pero la verdad es que lo había pensado muchísimo durante toda la noche y era una buena opción, para ambos.

-Mira, hagamos esto. Le diré hoy al chico que pueden cuidarte mañana.- Vio que Minho quería quejarse pero se le adelantó.- Solo mañana, el domingo descanso así que no tendrían porqué venir. El domingo me cuentas cómo te sientes o si ellos hicieron algo malo para que yo los saque a patadas de la casa, ¿bien?

ᏞᏆᏙᎬ ᎪᏀᎪᏆΝ ✭ ᏟᎻᎪΝᏀᏞᏆХ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora