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El sonido del televisor de fondo era lo único que compañaba el ruido de los cubiertos en la cocina. Generalmente los sábados, Minho despertaba a la hora que quisiera encontrando una nota en el refrigerador con las indicaciones de Changbin para que desayunara. Pero esa mañana se encontraban despiertos ambos hermanos aún cuando eran apenas las siete y es que querían estar presentes cuando los invitados llegaran a su casa.

Desayunaban tranquilamente un plato de sopa que Changbin hizo la madrugada anterior y la verdad es que no le había quedado nada mal por lo que ninguno hablaba más de lo necesario y la televisión se encargaba de llenar aquel silencio.

-Terminé.- Minho contó pero la verdad es que seguía raspando con su cucharita su plato para tratar de sacar un poco más. Segundos después dejó el plato vencido.

-Bien, puedes esperarlos en el sillón o...- El sonido de su timbre interrumpió el discurso de Changbin. Los hermanos se miraron entre ellos pues aunque sabían de quien se trataba, no quitaba el hecho de que estuvieran nerviosos.- Iré a abrir.

El mayor se puso de pie y caminó hasta la puerta, secó sus manos nervioso en su pantalón y finalmente abrió. Frente a él apareció el pecoso y su pequeño hermano con esas típicas sonrisas suyas.

-Hola Changbin, buenos días.

-Buenos días.- Jeongin repitió las palabras de su hermano mayor dedicando la misma sonrisa tétrica. Nadie podía ser tan feliz un sábado a las ocho de la mañana.

-Buenos días, pasen.

Los tres chico caminaron a paso tranquilo hasta la sala donde Minho los observaba asomando únicamente sus ojitos detrás del sillón.

-¡Hola Minho!- Saludo feliz Jeongin casi corriendo hasta el lugar.

-No Innie, estamos como invitados en esta casa no puedes correr así porque sí.- su hermano regañó al pequeño que solo hizo un puchero enojado.

-Esta bien, igual pasarán la tarde aquí. Puedes enseñarle lo que ves en la tele Min.- Changbin trató de hacer menos incómoda la situación y es que claramente ambos estaban tensos.

Afortunadamente su hermano estaba siendo muy cooperativo así que llamo levemente al pequeño que no dudo correr hasta su lado y sentarse a mirar las caricaturas.

-Yo ya me tengo que ir. Hice un poco de sopa por si quieren desayunar. La cafetera tiene café por si quieres servirte un poco. Mmm... Lamento no poder enseñarte mi casa bien pero ya voy tarde y no estoy seguro de que trabajarás aquí... sin ofender.

-No te preocupes Changbin yo entiendo. Nos quedaremos en la sala y si a caso saldremos únicamente a la tienda. Solo, ¿podrías enseñarme donde está el baño por favor?

-Oh, claro. Es por acá.-Lo guió por un pasillo hasta llegar a dicho lugar.- Este es solo con retretete si quisieras darte una ducha o cualquiera de los niños pueden usar el de arriba. Minho te lo puede enseñar.

-De acuerdo Changbin.

-Bien... Bueno, supongo que te veré hasta la noche.- Caminaron de regreso a la sala mientras Changbin acomodaba su mochila en sus hombros.- ¡Ya me voy Min!

Minho llego corriendo hasta él para lanzarse a sus brazos y apretarse mutuamente. Tal vez parecían exagerados pero después de la muerte de sus padres esta era la primera vez que convivían con gente ajena y les permitían entrar en sus vidas, aunque sea por un día. Estaba siendo algo difícil.

-Se bueno ¿de acuerdo? Te veré mañana por la mañana y platicaremos. Te amo.

-Yo mash.

El mayor se puso de pie y luego de despedirse del torbellino salió de la casa sintiendo que un pedazo de su corazón se quedaba en el lugar.

ᏞᏆᏙᎬ ᎪᏀᎪᏆΝ ✭ ᏟᎻᎪΝᏀᏞᏆХ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora