NUESTRO FELIZ MATRIMONIO

Capítulo 4: Solo deseo olvidar

Declaro que los personajes son de Tite Kubo y esto es solo un fic, habiendo dicho esto te invito a leer.

Después de que Orihime, junto con Urahara, Chad y los demás fueran rescatados por Grimmjow Jaegerjaquez en hueco mundo durante la última guerra sangrienta contra los Quinci, el ex espada de Aizen se volvió un tanto más cercano de la joven sanadora, por lo que de vez en cuando rondaba el mundo de los vivos solo para visitarla y asegurarse de que estaba bien. A él le bastaba con verla de lejos, pues era consciente de que ellos pertenecían a mundos muy distintos, que era imposible mezclarse, eso además de que sabía que el corazón de la chica le pertenecía al segador sustituto, sin embargo no podía evitar la necesidad que sentía por saber de ella, de su bienestar, era como si un imán lo atrajera hasta ella aun en contra de su voluntad, que por cierto nunca era lo suficientemente fuerte cuando se trataba de la sanadora, tal vez porque ella fue el único sol que conoció en un mundo donde siempre reinaba una luna eterna o porque fue gracias a ella que recuperó su puesto entre las espadas cuando le sanó su brazo, tal vez por eso la rescato de morir en manos de las servidoras de Aizen o fue porque ya había comenzado a sentir otra clase sentimientos que no comprendía. Recordaba que el mismo Aizen la llamaba el sol de las noches, cuando la presentó a todos en el castillo, por eso no podía soportar que ahora ese sol se estuviera apagando por causa de la tristeza. Y así, en ese pequeño parque, una vez más se encontraba frente a su sol, tratando de salvarla de nuevo, solo que esta vez no sabía bien de qué, ella estaba sentada en uno de los bancos de la plaza y el permanecía en cuclillas frente a ella, quien trataba de ocultar sus lágrimas debajo de su cabello que había soltado y cubrían sus ojos como un velo natural.

Él respiró hondo, juntando valor para lo que iba a hacer, luego tomó un mechón de cabello con cada una de sus manos que le temblaban porque estaban a punto de tocarla, y los coloco detrás de sus orejas en un intento de despejar su rostro y le volvió a preguntar:

_ Orihime ¿Qué tienes? ¿Por qué lloras? ¿Ese necio arrogante de tu marido te volvió a intimidar?- hablo tratando de controlar el temblor que había en su voz.

_ Por supuesto que no Grimmjow- dijo la chica esbozando una sonrisa que nunca llegó a su rostro.

Sin embargo a él no podía engañarlo, llevaba tanto tiempo sintiéndose atraído por ella, desde antes de su boda, de hecho, la noticia de que se casaría con Ichigo le cayó como si un rayo lo hubiera atravesado al medio, no podía aceptar que alguien como el shinigami se quedara con la chica que consideraba una diosa, por eso aunque ella era la mujer de su enemigo, no pudo evitar mantenerse lejos de ella. Y fue de tanto seguirla que había descubierto que las cosas en su flamante matrimonio no eran lo que aparentaban, varias veces los había escuchado discutir, en una de esas ocasiones incluso debió enfrentarse a la ira del shinigami que lo descubrió merodeando fuera de su casa y de no ser por la intervención de la propia Orihime ahora no estaría en ninguno de los mundos, pues pudo ver en la mirada de Ichigo la firme intención de hacerlo desaparecer.

_ No deberías estar aquí Grimmjow, si mi esposo te ve, quizás esta vez no pueda detenerlo.

_ Pues yo no le tengo miedo al idiota de tu marido. Y como ya te lo he dicho antes, si él te intimida solo dímelo y le hare pagar las consecuencias.

_ ¿Y de qué manera piensas hacerlo? ¿Sí sabes que el poder de Ichigo es semejante al del rey de las almas verdad?

_ Pues no me importa, aunque fuera un puto dios lo hare pedazo si te lastima.- le aseguró con los puños apretados.

La chica esbozó una sonrisa agradecida por la disposición de su amigo, pero la misma era amarga, mostraba su desesperanza, pues sabía que nadie, absolutamente nadie podía enfrentar a su marido y salir victorioso de ese encuentro. Así que le dijo para tranquilizarlo y evitar un enfrentamiento innecesario: