Capítulo 5: Una gran celebración.

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Declaro que todos los personajes pertenecen al gran maestro y mangaka Tite Kubo, lo mío es solo la historia a modo de fic.


Dentro de la sala de descanso Ichigo y Rukia nunca se percataron de que la Orihime los había visto besarse, de igual modo un instante después de que la pelirroja huyera del lugar, ambos se soltaron como si ese acto que acababan de cometer les quemara la piel hasta llegar a la conciencia, pues los dos eran personas casadas.

_ Lo siento Rukia, no debí decir eso y mucho menos besarte. – intentó disculparse Ichigo, puesto que estaba muy avergonzado.

_ Yo tampoco debí aceptar ese beso Ichigo, somos dos personas casadas, y la verdad es que yo soy feliz al lado de mi marido. Es cierto que nosotros tuvimos una bella relación, que pudo ser algo más, pero no se dio, creo que no estábamos destinados a ser otra cosa aparte de amigos. Será mejor que hagamos de cuenta que esto no pasó, pues definitivamente no debió ocurrir – aseguró Rukia bastante nerviosa.

_ Lo sé Rukia, yo jamás traicionaría la confianza de Renji, él es mi amigo. ¡Carajos! ¡Es que estoy tan confundido! - exclamó el shinigami pasando sus manos desesperadamente por su cara.

_ Pues yo creo que será mejor que regreses a tu casa y hables con Orihime, ella es una buena chica y estoy segura de que lo que sea que están viviendo lo podrán arreglar juntos. – le aconsejo Rukia, ahora en plan de amiga. Ichigo apretó sus manos formando dos puños a cada lado de su cuerpo y respondió:

_ Ahora no puedo irme, todavía no termina mi turno de trabajo, pero sin duda mañana veré que hago.

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Finalmente, el nuevo día llegó y de la noche anterior Orihime solo recordaba lo ocurrido en la sala del sanatorio, lo demás era un gran borrón en su mente, al ver las botellas de vino comprendió por qué no se acordaba de nada, entonces pensó que así era mucho mejor, después de todo el fin por el cual bebió tanto, había sido olvidar. Vio a su marido durmiendo en su cama, cosa que le llamó la atención, pues llevaba tiempo durmiendo en el cuarto de al lado, el destinado a su futuro hijo cuando decidieran tenerlo. Sí, resulta que Ichigo quiso alquilar de entrada una casa con dos habitaciones ya que deseaba tener un hijo rápido, ella nunca imagino en ese tiempo que después se convertiría en el cuarto de su esposo, ahora que lo meditaba empezaba a dudar de sus verdaderas intenciones y se sentía más tonta que antes.

Un rato después ya tenía todo limpio y ordenado, ahora Orihi, se encontraba terminando su desayuno en la pequeña mesa de la cocina. Estaba por levantarse a lavar lo que había ocupado cuando su esposo la sorprendió al hablarle, pues generalmente él dormía hasta tarde, ella se iba a trabajar y no lo veía hasta la tardecita, eso si es que lo hacía, ya que los horarios de trabajo de ambos no coincidían demasiado.

_ ¡Buenos días Orihime!- dijo Ichigo.

_ Buenos días, te hacia descansando. – le respondió ella, sin ninguna sonrisa en su rostro, cosa que a Ichigo le sorprendió, pues a pesar de lo mal que estaban las cosas entre ellos, la chica cada vez que él le dirigía la palabra siempre le mostraba una sonrisa y le respondía con mucha emoción, sin embargo ahora no había ninguna expresión en su rostro que lucía serio. El shinigami sintió una pequeña punzada en su pecho que le molestó, aun así trato de responderle sin demostrarle nada de lo que sentía:

_ Bueno, debería, pero quería recordarte que hoy tenemos que ir a la sociedad de almas, es el aniversario de la guerra contra los quincy y querrán vernos juntos.

Todos los años luego de la guerra ocurrida se juntaban los sobrevivientes de los tres mundos para celebrar la victoria, aunque era más un recordatorio por los que habían caído, un momento marcado por la melancolía, pero también por la alegría de la victoria obtenida, como cualquier celebración de independencia de algún país y siendo Ichigo el héroe que los salvó y ella su esposa era más que obvio que todo los esperaban.

NUESTRO FELIZ MATRIMONIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora