𖥸 22 𖥸

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Poco a poco abría sus ojos con la poca luz de ese lugar, le dolía parte de su rostro y espalda como el infierno mismo, miro a su alrededor vastante confundido por lo que veía, parecía ser un cuarto pequeño ya que estaba recostado en una cama, cubierto con algunas mantas y vendas de tela... ¿Vendas?.

Miro su cuerpo, tenía su camisa blanca sobre puesta y sin cerrar ya que tenía un vendaje que cubría parte de su abdomen y pecho por su espalda, su cara estaba vendada tapando uno de sus ojos lo cual le extraño.

—'¿Donde estoy?.' - pensó - '¿Y esto?'.

Casi a su lado, estaba una carta que decía su nombre con una hoja como sello junto a un libro algo pequeño, dudo en abrirla pero al final lo hizo.

Hola Wilby

Por si no te diste cuenta, soy el gran y poderoso Tommy >:D

Dadza dijo que no volverías dentro de mucho tiempo haci que robe el cofre místico de Dadza para darte esto UvU.
Te quería decir que hace unos días llegó un niño muy raro llamado Tobby pero le digo Tubbo, es una cabra muy callada pero esta igual de loco que yo.
Y mira, más te vale volver pronto por que no me crei tu truco con la cuchara >:(
También encontré un libro raro de Dadza, dijo que lo escribió cuando estaba de viaje con unos piratas, haci que también de lo dejo para que te ayude :D

PD: Te quiero mucho y te hice este dibujo, te estaré esperando Wilbur, Bye.

Sentía que hiba a llorar a mares por la carta de su hermanito, ya que mostraba un dibujo echo por el niño donde estaban ellos tres, la leyó nuevamente para ver el libro y tomarlo entre manos para poder verlo mejor.

Era de tono color negro y bordes dorados, junto al antiguo sello de la familia que correspondía a un dragón alado; por el simple tacto se dio cuenta de estaba algo viejo.

Los ruidos y escándalos fuera de donde estaba lo confundieron, se puso de pie dolido por sus heridas, pero siguió su curso hasta quedar en cubierta, donde casi todo la tripulación estaba de un lado, tapando su vista pero todos con armas en manos.

—¡Ya te dije que no voy hacer esa puta boludes!. - se escucho una voz ajena.

—¡Tu eres un traidor al igual que el!. - resonó la voz del carnero.

Subió las escaleras que daban al timón para poder ver; un dúo de marineros estaban acorralados, el primero era de tes blanca con cabello negro que dejaba a la vista sus orejas de oso, vistiendo con una camisa de un azul oscuro, pantalón negro y botas cafés, colgando un collar de oro en todo esplendor, resaltando sus ojo morado y el otro grisáceo, el segundo era de cabello castaño un tanto claro, ojos verdes claros y tes balcánico con marcas de remolino morado en sus mejillas, con un saco de colores entre morado, una manga de naranja y azul junto a la otra de rosa y verde, gastados, apenas notándose la camisa blanca y pantalones azules junto a botines negros.

—Spreen, si bajas la espada tal ves no dejen hablar. - se escondía detrás del oso.

—¿Tas loco Karl?. - gruñó ante los demás - ¡Ellos nisiquiera quieren bajarlas!.

—¡Lo haríamos de no saber que son traidores!. - era el amante del morado.

—¡Por la borda!. - grito la aviar.

En alta mar para amar // Quackbur Donde viven las historias. Descúbrelo ahora