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Miraba los puestos y gente pasando con prisa por el mercado, Wilbur apenas podía procesar lo que había en ese lugar, deste mariscos frescos hasta encantamientos para diversos recursos, parecía un niño pequeño descubriendo el mayor tesoro de su vida mientras que el capitán lo cuidaba para no perder lo de vista pues es muy fácil perderse en el mercado de compras y trueques.

—¿Y ha donde vamos?. - miro al azabache.

—Con una amiga, ocupamos darte una buena arma para que no estés desprotegido Wilba.

—Que es Wil-Bur, no Wilba.

—Lo que tu digas Wilba. - sonrió con burla.

—No me hace gracia capitán. - desvío su mirada a un puesto.

—No te separes, - lo jalo hacia el - En este lugar es demasiado fácil perderse y con lo wey que estás pues más.

—¡Hey!.

Alex lo tenia casi jalando de una de sus mangas por el lugar con tal de que Wilbur se mantuviera a su lado, la gente cada ves era menos lo cual de cierta manera altero al castaño pues sentía que algo malo sucedería al estarse alejando de la multitud de un momento a otro, el paso acelerado y el pato callado eran más razones.

Pararon su caminar al llegar a lo que parecía ser una especie de tienda llamada "Gatos Negros" apenas entrar fueron muy bien recibidos... por una daga que casi le da en la cara por parte de una híbrida de gato negro en sus orejas ta que su cabello era castaño con pocos términos amarillos.

—Hasta que te muestras condenado pato del diablo. - hablo la chica acercándose.

—Mira quien lo dice, la gata más loca de estas tierras, - se cruzó de brazos - Pero hoy no estoy de visita Liza, ocupo armas.

—¿Cuantas esta ves Big Q?.

—Una para el novato. -  señaló al príncipe - Es nuevo pero ya tiene puesto en el barco, cañonero.

—Ya veo, - se paro frente al cuervo - Esta bien ñengo esta madre, se te va a romper con un putazo bien dado.

A chica picaba al cuervo con un palo en las costillas, espalda y abdomen por lo que con cada piquete este se movía y quejaba por el trato de la chica.

—Ya déjalo que este es fresa. - exclamó mientras se ponia frente al cuervo.

—¿Le quitaras la crema o que?.

—¿¡Qué!? ¡No claro que no! - reclamo casi golpeandola - ¡El e-es!... El... Pinché gata.

Wilbur noto como las plumas del más chico se esponjaban y su cola se movía de la punta con un poco de rapidez por lo que dijo la gata, de no ser por que estaba de espaldas vería el rostro sonrojado del azabache.

—Por lo menos no soy un doncel.

Esas palabras entraron en la cabeza del castaño como si fuera agua, mirando a su capitán - ¿Es... un... doncel?.

—Sip, - se quito su sombrero y dejó ver su nuca - ¿Lo ves?.

En la nuca del azabache había un corazón azul, característico de los donceles aunque también podían llegar a ser flores lo cual le sorprendió más.

Apenas tratar de objetar fue callado y puesto en prueba con diversas pistolas para que este tuviera la ideal, fueron deste muy pequeñas como revolvers hasta grandes como rifles, cada una era de diferente manera por lo que aveces era o muy fácil o muy difícil.

—¿Que tal lo hice capitán?. - miro al alado.

—Una pistola de doble cañón, - hablo mientras tomaba el arma - He visto que con esas apuntas mejor y no se te complica demasiado.

—¿De que tamaño pato?. - era la chica.

—Mediana, es todo. - miro al castaño - Si quieres espera afuera, pero no te vayas he cabron.

—Si capitán.

Aceptó la petición y salió de la tienda, el tenía la oportunidad de escapar pero nisiquiera sabía dónde estaba, no conocía a nadie y recordó lo que decía la carta de su padre, solo se quedó esperando al capitán para poder largarse de ese lugar.

—¿Que hace una persona como tu en un lugar haci?. - se escucho una voz ajena.

—¿He?.

Desvío su mirada para ver de donde provino la voz.

Era un pirata ya que ra evidentemente con sus ropajes, una chaqueta negra hasta casi llegar a los talones con detalles verdes y afectación de color balnco, camisa blanca con volantes verdes y pantalón azul oscuro con botas cafés hasta sus rodillas con el un sombrero adornando con una pluma dorada que cubría unos cuernos a su parecer, portaba una mascara rota que dejaba a la vista parte de su rostro con una pequeña barba y cicatriz enorme en ese mismo, uno de sus ojos era verde mientras que el otro era totalmente blanco al igual que algunos mechones en su cabello castaño que apenas dejaba ver sus orejas alargadas y caídas.

—No pareces ser de por aquí, ¿eres nuevo en estos lares no?. - se le acercó con una sonrisa que no era de fiar.

—Si... soy comerciante. - excuso.

—¿De que parte exactamente?.

—De las... Las tierras de Europa.

—Interesante, - con cada paso que daba el otro subía la guardia - ¿Vienes con tu tripulación no es haci?.

—S-si... haci es.

—Ya veo, - rio bajo mientras dejaba al otro para seguir su rumbo - Entonces dile a tu capitán que aun hay cosas que vender en alta mar... William.

Apenas escuchar su nombre se alarmó, el nunca mencionó su nombre en la pequeña conversación, al mirar por donde el marino se fue este ya no lo vio por ningún lado, preciono su pecho y respiro ondo.

—'Ya me estoy volviendo loco'. - pensó.

—¿Todo bien Wilba?. - era su capitan.

—Si si todo bien... creí... haber visto a alguien. - sonrió.

—¿Seguro?.

—Si... mejor hay que irnos ¿no?.

—Tienes razón, haber si no destruyen el barco.

Wilbur seguía a Quackity de cerca, aún en la cabeza tenía la duda de quien era aquel pirata con el que se topó y el por qué sabía su nombre, dudando en qué este allá creído su excusa de ser un comerciante por lo que pera el era aún más difícil... ¿Quie era el?.

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A la mierda con el Nahualt, mejor les pongo otra pinché caligrafía y ya >:"[

En alta mar para amar // Quackbur Donde viven las historias. Descúbrelo ahora