En alta mar para amar // Quackbur

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De no haberse movido la botella le hubiera dado en la cabeza al igual que el acha.

Había demaciados piratas en ese lugar, una enorme mesa donde solo los capitanes se podían sentar y el resto de la tripulación tenía que estar de pie tras el capitán, todos discutían y el apenas comprendía lo que algunos decían ya que eran demaciados idiomas junto a asentos extraños, los únicos tranquilos como tal eran los que parecían ocupar el puesto de "primer oficial" ya que incluso los capitanes se insultaban entre sí y tiraban cosas por que si.

La sala repreta de ruido se callo al ser disparados tres tiros al techo, demaciado estruendosos y proviente de un recién llegado marino.

—Caballeros, ya les he dicho que aquí no hay necesidad de pelear como perros por un hueso. - hablo son una sonrisa.

Con barba y cabello castaño con puntas rojas, ojos marrones con tes blanca he incluso orejas puntiagudas con un arete de rubi brillante, vistiendo un abrigo largo de tono negro con detalles rojos, azules y amarillos, pantalón del mismo tono con botas marrones que llegaban a sus rodillas, el sombrero ya era típico en ellos pero este tenía el medallon dorado de un lobo.

—Por lo visto si hay muchos nuevos havi que para quienes no me conozcan, me presento. - se sentó en el medio - Soy German Garmendia, mejor conocido como el Rey pirata.

—¿Los piratas tienen rey?. - murmuró para si mismo.

—Como ya devén saber, hoy es un día de luto para muchos que están aquí presentes incluyéndome... Haci qué agradecería que guardarán el respeto debido a esas personas.

Muchos bajaron las miradas mientras que otros estaban confundidos por lo que dijo, al perecer no era el primero en esa reunión.

—Ese no es el punto de esta junta de piratas, - saco una gema - Como ya saben, les di por encargado de cuidarse en caso de que llegarán a verlo a él.

Arrojo la gema al centro de la mesa donde esta proyecto a una persona que el cuervo reconoció al instante, se trataba de aquel marino que vio la cuando compraban su arma.

—Clay Wastaken... Mejor conocido entre nosotros como Dream Wastaken, el pirata que traiciono a los suyos por poder propio.

Wilbur se empezó a poner nervioso al escuchar armas cargarse, espadas blandirse y gruñidos de su alrededor, notando como su capitán estaba listo para atacar, notando como sus garras salían a la luz en cuestión de segundos y dientes filósofos a la luz.

—¡Yo digo que lo matemos de una puta ves por todas!. - grito un capitán.

—¡Estoy de acuerdo con Gato!, ese infeliz debe pagar por lo que hizo.

—¡Les recuerdo que lo ocupamos vivos imbéciles!, - era su capitán - Ocupamos librar a la gente que tiene bajo ese puto echizo de mierda.

—¿¡Y eso qué!?, ya hay demasiados que no están bajo su control y siguen su mandato como perras en celo.

—¡Tu cierra el pico Pata estúpida!.

Antes de que pelearan todos entre sí, el rey dio otro disparo al cielo algo irritado ante el ruido.

—Vivo o muerto no importa, - bajo el arma - El punto es que de verle la cara tendrán que enfrentarlo ya que de hablar con el y tenerlo callado sera ejecutado... Ahora, ocupo hablar con algunos de los suyos, cuando los nombre alzaran sus manos, ¿entendido?.

Todos asintieron y se calmaron, se callaron y esperaron las órdenes del superior, tenía miedo de que dieran su nombre en esa lista de propósito desconocido y ahora mas el decir que este hablo con el no hace mucho; sintió una mano tocar la suya y apretarla un poco, al mirar noto que era su capitán quien lo hacía.

Esa sensación recorrió su cuerpo entero en cuestión de segundos pero mucho más intensa, también las plumas en su rostro se esponjaron como nunca antes, mirando a otro lado con pena.

—Mr.Beast, Missasinfonia, Vegetta, Willy, Mr.Phillip, MangmaBoy, Aquino, Pollo, Duxo, JuansGuarnizo, Fallo, Novaxs, Ibarache y Bargera Johnson.

Los nombrados siguieron al castaño mientras que el resto de piratas se marchaban del lugar.

—¿Ahora que hacemos?. - miro a su capitán.

—Por ahora esperar al resto, no podemos irnos sin ellos.

—Este lugar nunca lo había visto. - miro a su alrededor.

Puestos, casas, barcos, comida y demás era lo que se lograba ver en esa isla tan misteriosa.

—Solo un pirata puede llegar a esta isla, - sonrió - El cántico habré las puertas a este lugar, aunque siempre se esra moviendo, por eso es una invocación.

—Ya veo...

—Wilba.

—¿Si capitán?.

—¿Me puedes dejar de tomar la mano?.

Miro su mano la cual estaba aferrada a la del más bajo como si fuera su pareja, rápidamente la solto y se disculpo con su autoridad pero no me dijo más allá de un "no hay problema", presto atención a algo particular; Jschlatt llevaba un pequeño saco y un paso apresurado a quien sabe donde, la curiosidad le ganó y fue tras de él, a lo lejos vio como el carnero toco la puerta de una casa, pensó que saldría alguien más pero fue un pequeño niño por lo que se hagacho a su altura.

De piel blanca con pecas y cabello marrón oscuro con partes rubias como si fueran de oro, pequeños cuernos sobresalían de su cabeza, ojos azules como el hielo, dejando a la vista sus patas de cabra pues solo llevaba una camisa blanca siendo tan larga que llegaba a las rodillas del niño, con una sinta amarrada a su sintura y apenas notando el short que tenía.

—¡Papá!. - salto a los brazos del mayor.

—Hola calabasita, - abrazo al niño - ¿Cómo has estado peque?.

—Bien, el señor Rey dijo que iría a un lugar raro. - explicó - A lumerber.

—Es L'manberg hijo, - sonrió - Te traje algo muy especial. - dejo al niño en el suelo.

—¿Una sorpresa?. - daba pequeños golpes con una de sus pezuñas - ¿¡Para mi!?.

—Haci es campeón. - tomo el saco - Cierra los ojos, no hagas trampa.

—Nunca hago trampa. - trato de ver pero su padre lo noto por lo que volvió a taparse los ojos.

—¡Tada!~. - lo saco y se lo entrego - Un regalo por adelantado.

—¡Un peluche de abejita!. - la tomo y la abrazo dando saltos donde estaba parado - ¡Gracias, gracias, gracias!.

—No hay que agradecer nada, - acaricio su cabeza - ¿Sabes?, dicen que hay un niño allá que te espera para jugar.

—¿Un niño?. - ladeo su cabeza - ¿Puedo ser su amigo?.

—Yo digo que si.

—Papá.

—¿Si?.

—¿Te voy a volver a ver?. - lo abrazo.

—Claro que si hijo, no me voy a ir para siempre y tu tampoco.

—Pero no quiero que irme, no me encontraras nunca más.

—Siempre te voy a encontrar.

—¿Lo prometes?...

—Lo prometo.

Ambos juntaron sus frentes en señal de promesa, Wilbur quien veía de lejos le dolía ver esa escena, no tenía idea de que el timonero fuera padre de aquel niño que parecía esperarlo todo el tiempo con los brazos abiertos, una pregunta e idea invadieron su cabeza; ¿Qué pasaba si el moría en mar?, ¿Su hijo se enterará?, ¿Le dirían a ese niño?, ¿Qué sería de él? La respuesta de los escenarios no le gusto pues no quería que le rompieran al corazón a un niño inocente.

Dios... era un idiota.

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ES MI CUMPLEAÑOS >:D