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Era un día soleado y tranquilo para los habitantes del en reinó de L'manberg... o eso dirían de no ser por un problema, otra broma del príncipe William en el pueblo que trataban de controlar, pues el chico solto al ganado y para peor los animales estaban más que aterrados por lo que hizo el chico.

Todo se volvía un lío deste abajo y el chico solo disfrutaba ver su trabajo bien logrado a su parecer desde el cielo volando lo cual pocos lo notaron en su momento.

Grandes alas con plumas entre blancas y negras eran notorias, también alrededor de sus orejas se notaban ese mismo patron de plumaje, cabello castaño con una franja blanca y rizado pero no muy largo, ojos marrones que eran el centro de atención cuando caminaba por el pueblo pensando en que mas hacer en los días, una sonrisa juguetona en todo su esplendor era provocada por su proyecto, solo portando una camisa blanca de manga larga, un pantalón negro y botas cafés hasta sus rodillas, sobre su cabeza estaba una corona de color plateado con joyas carmesí de decoración.

Al príncipe poco le importaba lo que le pasara después de que su padre se entere. Este le suele perdonar por todo lo que llega a hacer dándole otra oportunidad pero que más da, nunca aprende a decir verdad y prefiere no hacer caso y seguir molestando a tener que cumplir con las normas.

Disfrutaba de su pequeño show en las alturas, ver como la gente trataba de hacer algo en contra de animales alborotos. Recordó aquel día donde era niño y los solto pero aquella ves si fue por un error al querer tocar una cabra, ahora, lo hacía por placer, por puro entretenimiento solo para el.

Aterrizó sobre uno de los tejados de las variadas casas con poca sutileza para poder llamar la atención de la gente.

—¡No que este pueblo podía con todo! - grito al aire.

La gente le miro con mala gana pues todo mundo sabía que era el culpable, poco a poco lograron controlar a los animales pero aún haci miraban con enojo al castaño.

—¡Ho vamos, solo quiero ver si es cierto! - dramatiso sus palabras - ¡Al final para eso estamos aquí! ¿No?~

Seguiría con su sermón pero un jalón a sus alas hizo que se callara y volteara atrás para ver de quien se trataba, pobre de él.

—Hermanito~ - sonrió nervioso.

Cabellera rosada y piel blanca resaltaban, orejas de un cerdo con un arete de esmeralda colgando, colmillos inferiores que se asomaban por encima sus labios, ojos tan rojos como la sangre que dejaban en claro el temor de sus enemigos, poseía una capa roja pero esa ves solo llevaba una camisa igual a la suya y pantalón negro con botas altas de cuero marrón, su corona de oro brillante y decorada con megas de varios colores junto a un arete de oro con una esmeralda en el centro, casi tan fuerte como diez hombres o incluso más.

No había duda, era Technoblate.

—Será mejor que le des una buena explicación a tu padre esta ves Wilbur - sujeto al chico.

—Solo fue una pequeña broma, no es para tanto - se dejó llevar por el rosado.

—Eso dice lo a Phil - dejo de hablar para caegarlo como un saco de papas.

Techno era su hermano adoptivo pero era mayor que el, todo un guerrero que se ganó el apodo del "Dios de la sangre" por sus intensos combates y sus ojos carmesí, todo rival terminaba derramando sagre que el disfrutaba ver.

Wilbur solo seguía tratando de convencer al mayor que lo dejasen en paz de una ves por todas pero el cerdo era más terco que un toro enojado con el ganado.

Apenas entrar al palacio fueron recibidos por su hermano menor, un niño pequeño de unos nueve años, cabello dorado y ojos azules, plumas y alas de color blanco un poco pequeñas para su edad pero poco le importaba a él, solo portando una camisa blanca y pantalón rojo con zapatos negros.

—¡Si lo trajise! - sonrió - Papá y Mamá ya te esperan Wilby.

—¿Tanto drama para eso? - se cruzó de brazos.

—Mejor callate y camina - lo tiro al suelo.

Wilbur empezó a caminar con tranquilidad, ya sabía lo que le dirían sus padres, "Eso estubo muy mal, tienes que aprender a comportarte" eso se volvió rutina para el, o eso penso el ya que apenas entraron se le heló la piel al verlos.

Una mujer de cabello castaño oscuro con alas totalmente negras, ojos rubis que eran hermosos, piel blanca y muy cuidada, con ropajes morados y negros en su largo vestido, portando una corona de oro con una gema carmesí encima.

A su lado un hombre de cabello dorado algo largo, piel blanca y ojos azules como el cielo, alas negras con algunas plumas blancas resaltaban en patrones de rombos, ropajes verdes combinados con negros, portando una corona de oro con una gema verde en medio.

Sus padres se veían demasiado molestos pues mantenían silencio mirandolo fijamente y al perecer tampoco era el único nervioso, pues al ver a su hermano esté se veía un poco nervioso ya que el les contaba cuando su padre aun se entretaba a mil y un males con una mirada penetrante por lo que lo reconocieron coml "El mensajero de la muerte", Tommy estaba como si nada a lo que fue a los brazos de su madre oara abrazarla a lo cual esta acepto.

—William - hablo su padre con una voz suave pero llegando a marcar firmeza - Acompáñame un rato.

Empezó a caminar y detrás de el el castaño, se venía una larga charla con su padre.

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En alta mar para amar // Quackbur Donde viven las historias. Descúbrelo ahora