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13 de julio, 72 juegos del hambre
Bosque de la Arena
Se sentía fatal, pero no por haber matado a nadie, sino porque no sentía asco hacia su persona por matar a ese chico. Pero no había ni un solo sentimiento malo por ello, y eso la revolvía las tripas.
Ya no tenía ganas di de comerse el pescado que había en el fuego, quemándose probablemente.
No quería moverse mucho, y aunque estar de pie la molestaba ínfimamente el echo de tener que moverse a la mochila por la medicina la iba a pasar factura. Cada vez que movía la pierna sentía como el cuchillo la atravesaba la piel nuevamente. Aunque ya no estaba allí.
La mochila en lo alto del árbol había sido una buena idea por si la persona quería robarla, pero ahora que estaba herida de gravedad ya no era tan buena idea.
Sabía que si quería tener alguna posibilidad de sobrevivir con la pierna así era con esa mochila y la medicina que había dentro de ella. Por mucho que la doliera ahora iba a tener que hacerlo para después. Para su supervivencia plena.
Con mucha paciencia subió el árbol, sentía la sangre caliente pegándose a su pierna, y era completamente asqueroso. Pero si era algo a parte de asqueroso era desagradable a morir, porque sentía que bajaba por su pierna lenta pero firmemente.
Y cuando llegó a la rama en la que estaba el árbol hizo un último esfuerzo en subirlo para llegar a la mochila y poder sentarse.
Glyndon gimió de dolor al hacer fuerza para sentarse.
No iba a morir por una maldita puñalada en la pierna. Era lo que la faltaba ya.
Cogió la mochila y la abrió para sacar la medicina que había en ella. El ungüento que había en ella probablemente solo la bastaría para ese día, pero ya se preocuparía de ello más adelante. Ahora lo importante era intentar sanar esa herida.
Glyndon tenía que ser honesta consigo misma, esa herida iba a tardar tiempo y ayuda en sanar. Y no tenía ninguna de las dos a mano, así que cuando se pasó sus dedos cubiertos en ungüento por la herida tuvo que contener un grito por si había alguien cerca suyo. Por si podían matarla.
Las cosas no iban a ir a mejor si seguía yendo por separado. Sin ayuda, ni aliados, ni armas y con una pierna herida los juegos iban a matarla y no en sí alguien obligado para sobrevivir, y sinceramente no sabía que demonios era más triste.
Con un poco de suerte las cosas mejoraría de aquí a unas horas, porque había gastado el bote entero de ungüento y casi no había tenido suficiente para guardarlo.
La precaución no sobró cuando se ató al árbol para evitar caerse por la noche. Aunque estaba segura de que lo mismo acabaría despertándose hacia abajo en el mismo árbol, tenía a moverse mucho de noche y estaba segura de que no iba a ser la excepción esa noche.
Cuando despertó horas más tarde fue por el ruido que había en el bosque. La hoguera estaba apagada hacía un tiempo al parecer y el cadáver del chico seguía ahí, supuso porque ella misma no se había movido.
No sabía ni como no se había acabado cayendo al suelo. Pero mientras los ruidos de personas se escuchaban más cercanos se preguntaba si estaba lo suficientemente herida como para seguir subiendo el árbol.
Ni siquiera se miró la pierna para comprobarlo, subió todavía más hasta llegar a la copa del árbol. La pierna no le dolía como ayer, y estaba sorprendida de ver que estaba curada por completo, aunque todavía dolía era más como un pequeño pinchazo que como el dolor que había sentido el día anterior.
Lo siguiente que vio fue aparecer a la chica del ocho, Linen, si no recordaba mal, y al chico del cuatro, Jaxon, o Jasper, o algo por el estilo. Ambos se quedaron mirando el cadáver del chico del 12.
—Tiene que estar por aquí el que lo haya matado, sino hubieran retirado el cadáver —comentó Linen mirando en todas direcciones.
Jaxon asintió. Glyndon se fijó en como ambos miraban detrás de ellos, sin fiarse mucho de que ella no estuviera allí, habían mirado en los árboles, pero supuso que donde estaba no llegarían a verla. Esta vez no se había dejado la mochila en la rama. Ya había aprendido la lección del primer día sobreviviendo.
Todo lo siguiente pasó muy rápido. La chica apuñaló al chico por la espalda dejándolo caer, apuñalándolo varias veces, mientras él gritaba de dolor y agonía. Justo cuando Jaxon fue a coger el hacha para devolverle el golpe Linen levantó el cuchillo de caza y le amputó la mano.
Si era sincera no había visto nada así en ningunos juegos, la traición no era nueva, pero este tipo, tan abiertamente, tan de día y con tan poco sigilo. Era como la peor cosa que había en este mundo. Linen no se quedó a ver como Jaxon moría mientras se iba corriendo en dirección contraria a por donde había venido.
Cuando no la escuchó bajó del árbol poco a poco. Jaxon aún seguía vivo, no había sonado ningún cañonazo.
La sangre brotaba de su boca y se le notaba agonizante ahogándose en su propia sangre. Glyndon supuso que lo único que podía hacer era terminar el trabajo que había empezado Linen para ahorrarle sufrimiento. Cogió el hacha, con mucho cuidado de no tocar la mano amputada y la agarró con fuerza.
—Es por tu propio bien —por lo menos eso era lo que quería hacerse pensar a sí misma.
Jaxon pareció asentir, parecía que ya había echo las paces con su muerte. Rápida y crudamente le rajó la yugular, haciéndolo desangrar del todo rápidamente. Sonó un cañonazo.
Ya iban dos. Dos muertes en menos de veinticuatro horas. No sabía como iba a tomarse las cosas, pero esperaba que todo esto mereciera la pena o resucitaría de los malditos muertos para hacérselo pagar a todo el mundo, estaba muy cabreada con todos.
Con todos y con nadie a la vez.
¿Dos días seguidos? Pero vamos a ver, bueno, no son seguidos seguidos, pero teniendo en cuenta el tiempo que estuve sin actualizar es poquito tiempo.
Irónico el título, ¿no creéis?
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Killswitch, finnick odair
FanficRun, boy, run Break out from society Tomorrow is another day And you won't have to hide away the hunger games fanfic pre thg - mockingay finnick odair x fem!oc preciosa portada por tiishas katderivia 2023 ©