3- Ladrón

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—Aquí estás, mi buen amigo Moblit Berner.

El mayordomo dibujó una expresión de cansancio en la mirada, al abrir la puerta y encontrar detrás de ella a Zeke Jaeger con su particular sonrisa socarrona.

—La señorita Zoe no se encuentra en casa— informó de inmediato el mayordomo a modo de saludo.

Sus palabras, no parecieron importarle a tan inoportuno visitante que le arrojó su pesado abrigo, mientras entraba sin que lo invitaran a pasar.

—Por favor, sírveme algo de brandy. Sé que Hanji tiene uno muy bueno en su biblioteca.

Sería un poco descortés para un mayordomo de buenos modales, sugerir al visitante marcharse, por lo que no tuvo más opción que seguir a Zeke Jaeger que se tomó ciertas libertades como inspeccionar de cerca algunos libros que causaron interés en él.

—¿A qué hora salió la señorita Zoe? —preguntó Zeke, poniéndose cómodo en una de las sillas de la sala.

—Al amanecer, señor— respondió Moblit.

—¿Te importa si fumo aquí? —Zeke buscó su pipa entre sus bolsillos.

—A la señorita Zoe no le agrada el aroma a tabaco, señor.

—Pero ella no se encuentra en este lugar— replicó Zeke como si no hubiera escuchado lo mencionado por el mayordomo, aunque la expresión sombría de Berner le hizo desistir de su idea de fumar en la sala.

Era posible apreciar que ninguno de los dos hombres se sentía cómodo el uno con el otro.

El mayordomo a percepción de Zeke, era demasiado entrometido. Por otro lado, Zeke Jaeger lucía sospechosamente como un posible futuro pretendiente al acecho, a pesar de que alguien como Hanji Zoe jamás lo consideraría como hombre. O eso quería creer Moblit Berner.

Zeke y Hanji, mantenían una amable cercanía basada en la investigación. Zeke trabajaba con Tom Xaver que se dedicaba a la ciencia. Por desgracia, en aquel mundo regido por hombres, no era posible para Hanji hacerse notar ante las ridículas normas sociales.

Sin embargo, Tom no parecía pensar igual al resto y expresaba su gran admiración hacia el trabajo de Hanji Zoe.

Para frustración de Moblit Berner, Zeke se puso de pie y decidió dar un paseo por el resto de dependencias de la casa. En el camino se encontraron con Historia, que traía una copa con brandy para el invitado quién le sonrió.

—¿Debería quedarme a comer? —preguntó en voz alta Zeke Jaeger.

—No contábamos con su presencia, pero puedo avisar a las cocineras que consideren añadir más agua a la preparación— respondió el mayordomo, haciéndole un gesto con la mirada a Historia para que se marchara.

—Se acerca el cumpleaños de Hanji. ¿Qué crees que le guste como regalo?

—Las posesiones materiales no emocionan a la señorita Zoe, pero asumo que no es lo suficientemente cercano como para saberlo— Moblit sonrió con superioridad.

—¿Acabas de insinuar que tú eres más cercano a ella que yo?

—He pasado más de la mitad de mi vida siguiendo sus pasos, lo lógico es que esté al tanto de las cosas que detesta. El tabaco y los distinguidos señores que fuman, son algunas de esas cosas.

—No me agradas.

—Es mutuo, señor Jaeger. Por desgracia, mantener la cordialidad y fingir amabilidad es parte de mi deber.

Conseguí un nuevo esposo silencioso  [Levihan / Historia completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora