19- El caballero de la libertad

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Aquella madrugada fría, probablemente fue la que marcó para siempre la vida de una joven mujer llena de sueños. Las labores de parto comenzaron un poco antes de lo esperado, pues nadie esperaba que ocurriera en medio de vísperas de navidad. Durante el proceso, varias de sus sirvientas acudieron a su llamado y la asistieron, mientras la vieja partera preparaba todo lo necesario para traer al mundo a otro miembro de la familia Ackerman.

Kuchel Ackerman, fue ofrecida en matrimonio mucho antes de nacer, en un mundo donde las mujeres de la nobleza principalmente sólo eran un instrumento para traer hijos al mundo y atender sus crianzas. Todo en razón de mantener el linaje y el estatus nobiliario, cuyos títulos eran concedidos por gracia de la corona real.

En ese a veces cruel sistema de jerarquías sociales, el prometido de Kuchel Ackerman resultó ser uno de los hijos menores de una familia de excelente posición social y política, cuyos títulos podrían ser transferidos pronto, si el matrimonio se llevaba a cabo lo más rápido posible y sería más beneficioso aún, si Kuchel engendraba y traía al mundo a un varón.

De ese modo, Kuchel desde siempre supo quién sería la persona con la cual un día, debería contraer matrimonio. Porque después de todo, también sólo era un bebé, el que más tarde creció casi a la par con ella.

La edad de una mujer, era fundamental a la hora de elegir esposa, ya que la juventud garantizaba vitalidad y la vitalidad significaba fertilidad. Mientras más hijos fueran traídos al mundo por Kuchel, mejor sería para todos y mucho más si nacían varones.

El matrimonio no era más que una de las tantas cosas impuestas como sociedad a las mujeres, siendo bastante frecuente que entre los trece o catorce años, muchas de ellas ya estuvieran casadas e incluso ya trayendo a la vida a sus primeros hijos. Algunas de ellas, aún seguían siendo niñas jugando con muñecas o sin tener por primera vez la menstruación, cuando un día se veían a sí mismas ejerciendo roles de esposa, madre y mujer de otros hombres.

La urgencia de comprometer a Kuchel cuánto antes, se debía a que su hermano mayor y su esposa tenían dificultades para concebir. Por aquellos días la familia se mantenía en una profunda tristeza y decepción, ante la desgracia de pérdidas de embarazos.

De esa manera, el título de Conde peligraba si eventualmente un día Kenny Ackerman moría y no dejaba descendencia. Todo indicaba que se buscaba mantener la sucesión familiar y evitar la extinción del título, concedido por la corona. Por lo tanto, se utilizarían todas las alternativas con tal de preservar el poder, la riqueza y el prestigio entre las demás familias de renombre.

Cuando Kuchel cumplió quince años, se realizó la ceremonia formal de petición de mano, por parte de la familia de su prometido. Uri Reiss tenía tan sólo dieciséis años y en ese momento ya poseía el título de Duque, quien pronto ya no necesitaría de un regente que velara por sus actividades.

El conocerse desde siempre y crecer juntos, construyó genuino afecto entre dos almas con sus destinos escritos mucho antes de nacer. Donde el amor juvenil floreció, por lo que Kuchel no podía sentir más que felicidad, de saber que su primer y único amor pronto se convertiría en su esposo. Pero también, si el destino se lo permitía, en el padre de sus hijos.

En medio de esa revolución de emociones previas a sus nupcias, Uri y Kuchel se entregaron al amor, con especial ternura ante los nervios de la inexperiencia. Kuchel quiso creer que no tenía sentido seguir esperando cuando en unos días, ambos serían declarados marido y mujer.

Lo que ella no sabía, es que sus acciones podrían tener terribles consecuencias en un futuro no muy lejano.

Tres noches después, su prometido, el joven Duque Reiss, fue encontrado muerto amarrado a un árbol.

Conseguí un nuevo esposo silencioso  [Levihan / Historia completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora