13- Cazador

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Dos años después de aquel desafortunado incidente, que terminó con la vida de un joven Erwin Smith en medio de su propio matrimonio junto a Hanji Zoe. Apareció un tal Dot Pixis en la vida de una viuda Hanji, la que tenía tan sólo veinte años.

Para entonces corría el año 1795, y una mañana que no tenía nada de especial, se convirtió en una diferente de otras.

Al igual que su primer matrimonio por conveniencia, el segundo también fue previamente planificado y orquestado por el mismo padre de Hanji y su entonces, desconocido pretendiente. 

El único punto desfavorable, se trató del repentino deceso del señor Zoe producto de una rápida enfermedad sin identificar, mucho antes de que el nuevo pretendiente pusiera un pie en esas lejanas tierras.

Hanji no tenía intenciones de tomar un segundo esposo, pero el genuino afecto hacia su padre la hizo aceptar su última voluntad antes de partir.

El primer encuentro entre ambos fue una simple coincidencia, y su primera conversación distaba mucho de ser algo con segundas intenciones. Sin embargo, Pixis ya era un viejo conocedor del mundo y las mujeres. Después de participar en múltiples guerras dirigiendo al ejército y no morir en el campo de batalla, regresó a casa como una proeza de la estrategia militar y además con el objetivo de cumplir una promesa a un viejo conocido.

Aquel, era un día cualquiera. Hanji se encontraba en el pueblo, en ese momento la joven viuda debatía consigo misma si era prudente gastar esa cantidad de dinero en ese licor caro. La gente seguía llamándola señorita, ante el rumor de que su desafortunado primer marido murió mucho antes de hacerla su mujer.

—El brandy sabe bien en cualquier ocasión. A diferencia de otras bebidas, esta entrega una cuota de dulzor —Pixis se acercó a Hanji manteniendo una amable distancia.

Pixis acababa de llegar al pueblo luego de semanas de viaje, el que pasaba por ahí justamente, porque consideró prudente llevar con él un regalo para su desconocida prometida.

—Solíamos tener siempre vino en casa, a mi padre le encantaba. Desde que ya no está, no he podido beberlo y me preguntaba si existía alguna otra bebida que me evocara un sentimiento feliz. El vino podría ser ciertamente ácido o más afrutado según su origen. ¿No lo cree? —Hanji seguía observando las botellas exhibidas alineadas en orden.

—Lo lamento mucho por la pérdida, señorita. Sólo tengo claro que a las damas les gusta el brandy, porque acompaña muy bien los postres que suelen degustar.

—¿Considera que existen licores para mujeres y otros para caballeros? —Hanji giró el rostro un poco curiosa.

—No, en realidad. Al que está sediento, cualquier cosa le ha de servir para calmar la sed. Especialmente si se está con tan grata y amena compañía de una mujer tan hermosa como lo es usted.

Hanji se sorprendió cuando ese hombre tomó su mano y la besó. No pareciese que estuviera pasándose de listo, sólo era alguien bastante preocupado por los simples detalles. Tal vez, un verdadero caballero ágil con las palabras y de acciones acorde a su personalidad.

—Encantado de conocerla, señorita. Dot Pixis, para servirla.

A diferencia de Erwin Smith con el que Hanji solía tener conversaciones y caminatas triviales sin mucha emoción más allá del frío intelecto, Pixis contaba con la sabiduría de un viejo y con la cuota de humor pertinente cuando la ocasión lo requería.

Para ser un hombre bastante mayor, a Pixis no le disgustaba la evidente falta de femineidad presente en Hanji Zoe. Hasta creía que era una noble virtud que la hacía mucho más interesante que el promedio de señoritas de la época, cuyos pasatiempos solían ser los mismos para todas.

Conseguí un nuevo esposo silencioso  [Levihan / Historia completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora