Conseguí un nuevo esposo silencioso [Levihan / Historia completa]

20- Sin final

La copa de vino se volteó tras golpear con fuerza la mesa de su escritorio con su propio puño. Ante eso, el gobernador lucía iracundo ante semejante noticia que acababa de recibir.

—¿Un conde? —tronó escéptico—. ¿Qué es lo que quiere?

—La abolición de la esclavitud —informó Reiner Braun.

—¿Ese hombre está demente?

—Puede que lo esté, trajo consigo a otros esclavos y nativos. Todos parecen dispuestos a pelear, incluso a morir.

—¡Es imposible! Quiero que lo encuentres y lo traigas hasta aquí.

—No es tan sencillo.

—¿A qué te refieres?

***

La brillante hoja de la espada brilló en el aire, antes de que la sangre salpicara a su rostro. De esa manera, Levi quitó del camino a todos quienes se interpusieron en su objetivo.

Al otro extremo del lugar, Kuchel y Hanji corrían por entre las celdas, abriéndolas una por una con tal de liberar a los prisioneros. Si iban a pelear, necesitaban fuerzas, todas las que fueran posibles. De pronto, Hanji encontró a Gisella Springer en una de ellas, que la abrazó antes de darle las gracias.

No hubo mucho tiempo de hablar entre ambas, pero Hanji levantó la mirada alertada al oír pasos acercarse. Menos de un segundo bastó para encontrarse con el profundo azul, con matices grises que le regresaron la misma cantidad de sentimientos mediante la expresión en ellos.

En medio del escape, Hanji se quedó sin aliento al verse de frente con Levi. El rotundo alivio suavizó sus miradas y Levi caminó hasta ella, antes de unirse en un abrazo, donde la sostuvo para anidarla entre sus brazos estrechándola con toda su alma. Realmente era doloroso, porque sólo dos noches bastaron para encontrarse con una Hanji muy distinta a como Levi la vio por última vez.

—¿Quién fue el que te hizo esto? —la voz de Levi retumbó profundo en ese frío y húmedo pasillo.

Hanji intentó detenerlo sosteniéndolo del brazo, pero Levi logró zafarse para irse de su lado con los ojos ardiendo en llamas, y con el corazón por completo herido al no ser capaz de protegerla.

Absolutamente nadie podía ponerle un dedo encima a su mujer y vivir para contarlo.

Minutos más tarde, revisando cada rincón, Levi encontró al primer sujeto que pronto se observó a sí mismo con horror sin sus brazos

Mientras que la mano de Levi aún sostenía con rabia su espada y de ella goteaba sangre caliente. Comenzaba a ser indiscutible que el poder corrompía a las personas. Durante largos años de su vida, Levi sufrió las penurias del infierno sólo porque la sociedad lo tachó como lo más ruin existente.

Pero, a diferencia de esos salvajes que solían castigarlo por placer o maldad. Él no lo disfrutó ni un poco. Años de inhumanos castigos y el ser tratado como un animal, culminaron de ese modo. Levi no tuvo piedad cuando decidió que un castigo justo para alguien que deseó con lascivia a su mujer, era terminar sin manos y sin ojos.