Estoy destruido, sin sueño, cansado, me duele el pecho, la cabeza, la vista y la espalda, mi corazón late a mil por hora, me falta el aire y el nudo en mi garganta tiene ganas de pasarse a mis nudillos en forma de dolor.
Me duele ver cómo mi miedo a perderte de un día para otro se hizo realidad, justo cuando menos lo pensaba, cuando más creía en la fuerza de nuestro amor.
Estoy sentado en mi cama, cansado de dar vueltas en ella toda la noche sin poder conciliar el sueño, mirando a la nada, revisando nuestra conversación con la esperanza absurda de que solo sea una broma o una simple pesadilla. Sin embargo solo me encuentro con ese maldito mensaje, que lo leo mil veces tratando de asimilarlo y termino viendo nuestras fotos, con todos nuestros recuerdos desde que esto comenzó.
En unas horas debo levantarme, y la verdad no quiero, no tengo ganas de hacerlo, quiero quedarme en mi cama, dejando que mi mente hablé todo lo que quiera, ni siquiera tengo ganas de callarla ya.
Me puse a leer todos esos mensajes hermosos que me mandabas, las notas tiernas que me diste, los regalos que me dejaste, y me encantan como me duelen al mismo tiempo. Es como guardarle luto a algo que en mi nunca va a morir, porque mi corazón en vos encontró lo que buscaba, y estoy seguro que te va a pertenecer hasta el final.