Se me está haciendo costumbre soñarte, pero no me duele, me calma y me da esperanza a sentir que no todo esta perdido.
Te pensé todo el día y me estoy dando la libertad de sentirme mal desde que me despierto, pude comer bien, dormir bien y probar los pelones que mi amiga me había regalado.
El psicólogo por primera vez escuchó tu nombre, por primera vez conoció nuestra historia, me aclaraba mi decisión sin cambiarla y eso me hacía sentir más seguro de lo que estoy haciendo.
Estoy esperando tu mensaje y siento que el universo me da señales de una pronta vuelta, trato de ignorarlas para no pensar en eso pero a veces pienso en como empezó todo cuando aparecieron por primera vez y termino con una sonrisa dibujada en el rostro.
Últimamente me siento más seguro de mi mismo, empecé a quererme más, pero aún quiero tu compañía. Pensé en ir a buscarte, pero vos tomaste la decisión de irte y solo vos podes decidir si volver o no, de todas formas para ti siempre estará abierta la puerta de mi corazón.