Hoy me levanté mejor, más contento, más alegre, con más ganas. Hoy me levanté con ganas de vivir.
Te soñé anoche y busqué tu mensaje, pero ya se que no llegará, sin embargo te busqué ilusionado con la misma esperanza de siempre.
Comí bien, sin quejas, realmente tenía hambre, y la comida estaba muy rica. Me acosté y quería dormir un poco, pero aproveché el momento para estar un rato a solas conmigo mismo.
A la tarde me junté con mis amigos, uno de ellos llevó un perro (se llama Choco), y como para empezar con adrenalina la juntada, se le ocurrió tirarse al agua, por lo que tuvimos que dejar todo para poder rescatarlo. Nos preocupamos mucho, pero al menos pudimos sacarlo y en cuestión de minutos ya estaba jugando con otros perros.
Entre mates y risas con mis amigos decidí expresar y abrir mi corazón con ellos, les dije todo lo que siento por vos, como aún te extraño y como va mi evolución personal, nunca lo había hecho, pero se siente liberador y algo me decía que te gustaría saberlo. Luego fui a la casa de uno de ellos y comimos fideos con tuco, estaban riquísimos, pero aún no hay un tuco que supere el tuyo.
Aún seguís en mi mente y en mi corazón, aún te extraño, aún te sueño, aún te amo con locura, aún te espero con las mismas ganas de volver a intentarlo de una mejor manera. Tal vez vos no lo veas así, pero yo sé que en mi siempre será así, y la verdad me encanta, porque lo que siento por vos es tan hermoso y real que te esperaría toda la vida, mientras que en esa espera me doy la libertad de disfrutar de ella para que cuando vuelvas, puedas sentirte comoda y seguro en el lugar que tanto te estaré guardando.