Hoy me desperté buscándote, con ganas de encontrarme un mensaje tuyo de nuevo, te soñé otra vez y por eso tuve ese deseo. Debido a esto me levanté con pocos ánimos, pero decidido a no esperar más y ser yo quien lo mande.
Mientras tomaba esa decisión acompañé a mi papá a la cancha, dieron asco como siempre pero mi mente estaba en lo que te diría igualmente, así que está vez no me frustró.
A la tarde ví como tu equipo favorito ganó en un partido intenso, aunque el femenino quedó afuera y por cómo los venía viendo merecían más.
Ayudé a tu hermano con un problema que tuvo hoy con la moto, la dejamos en mi casa y nos fuimos caminando a la tuya, tenía ganas de ir y pasar tiempo con el, ya que no sabía cuando podría volver a ir con los nervios de encontrarte. Vi a los peques y los extrañaba mucho, Morena como siempre sacó su lado más intenso y no paraba de pedir amor.
Tratamos de jugar al Fifa y tuvimos un problema, hoy a tu hermano no le estaban saliendo las cosas muy bien y yo solo admiraba su forma de mantener la calma y no preocuparse demasiado. Al final nos sentamos a tomar mates mientras de fondo había música que conectaba con lo que siento por vos, y con tu hermano nos dedicamos a hablar de lo que siento por vos y lo que el siente por su novia.
Al volver a casa tomé la decisión de hablarte, y resulta que mañana te veré, no se que pasará, y la verdad entre la ansiedad, el amor y el miedo tal vez no me dejen dormir hoy, pero al menos está vez no estoy aplazando la oportunidad de decir lo que siento, aunque eso signifique un fin.