Fue un día extraño, me sentía bien, pero apagado, como si algo me faltara, tal vez porque aunque no lo diga sigo extrañando todo de vos, pero empiezo a acostumbrarme.
Fui a la cancha con mi padre, y como todo hincha del fútbol desataba mi euforia en cada jugada, si me hubieras visto pensarías que me volví loco. Charlé con tío de cada jugada del partido mientras recordaba como nos reíamos el día que me mandó aquel mensaje de la nada.
Disfruto cada comida con gusto últimamente, no podemos comer manjares por la situación económica, pero se que pronto se resolverá y que es cuestión de paciencia.
Aún no me afeité ni me corté el pelo, estoy esquivando hacerlo porque la verdad es tan complicado que hacerlo solo puede ser agotador a veces, aunque estoy seguro que si me decís de ir a verte lo haría en cuestión de segundos sin excusas.
Me está costando dormir, en las noches es cuando mi corazón más te extraña, pero sabe que todo pasa por algo y cuando duermo me proyecta tu imágen para que pueda volver a ver al menos por un ratito.