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Estaba sentada en las gradas mirando a Enzo entrenar, era las once casi doce de la mañana, estuve acá desde la ocho que nos levantamos, ayer tuve que cancelarle a victoria y la verdad siento que merece una disculpa enorme, pero los encantos de Enzo me atraparon.
La verdad no me fascinaba la idea de tener que vivir acá, extraño muchísimo argentina y a la poca familia que me quedaba, acá en Londres no tengo muchas posibilidades de trabajar, no cumplo la mayoría de los requisitos y me estaba agobiando muchísimo.
El entrenamiento de Enzo termino y estábamos por ir a comer afuera, Enzo conducía y yo me fijaba por la ventanilla, Londres es lindo, pero no me gusta mucho.
— Te tengo que decir algo. —Enzo dijo, yo por algún motivo me puse nerviosa, creía que me iba a dejar a la mierda para irse con otra, perdón.
— ¿que cosa? —lo mire arqueando las cejas, la sonrisa que el me dedico me dejo muchísimo más tranquila.
— Me llamaron para que vuelva a river —yo abri los ojos como platos, si a enzo lo llamaron para que vuelva a river seria muy probable de que volvamos a argentina, obvio si el aceptaba.
— ¿posta? ¿Y vos queres? —
— ma vale que quiero, pero tendría que dejar el Chelsea —
— Enzo, no te quieren en este equipo — no era mentira, Enzo es un jugadorazo y muchos equipos europeos lo llamaron pero el acepto ir al Chelsea, no digo que sea mal equipo pero el es mucho para esto.
— Ya se, por eso voy a volver a river —casi salte de lo emocionada que estaba, me encantaba ir al monumental a verlo a el, aunque yo era de boca, por el me hice de river y no me arrepiento.
𝑰𝒈 | 𝒑𝒐𝒔𝒕
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— Enzo como vas a poner eso —dije entre risas mientras me acomodaba en mi asiento del avión, estábamos por viajar vuelta a argentina, gracias a dios.
— Bueno se me escapo che, es tu culpa por ser tan hermosa —me sonroje banda al escucharlo, el me agarró de la cara y me planto alto chape, hasta casi me garcha en los asientos del avión.
— sos un calenturiento —le sonreí y el me quedo mirando, deje de sonreír porque pensé que había pasado algo, como solo me miraba y no decía nada.
— ¿que paso? —le pregunté apunto de preocuparme, ya saben como soy, me preocupo por todo
— Estaba pensando en como hiciste para enamorarme tanto —me volví a poner como un tomate y sonreír como una pelotuda, le pegue en el brazo y mire para la ventana, los nervios me estaban comiendo la cabeza.
Seis de la mañana y recién habíamos llegado, yo era un zombie, estaba muerta de sueño y la gente no nos dejaba pasar, con Enzo quisimos entrar al hotel pero estaba lleno de paparazzis y gente de la tele, ¿como no se cansan? Son las seis de la mañana, están re volados
— A ver permiso —Enzo le pidió a un ¿camarógrafo? Ni idea pero tenia una cámara que tenia un flash de la puta madre, era un caos todo
— dos preguntas por favor, solo dos —el señor le pidió y no se habia corrido todavía de su lugar
— No gracias, estamos cansados ¿te podes correr? —Enzo lo quiso sacar con la mano pero el señor se resistió, se volvió a llenar de gente, por suerte habían guardaespaldas y sacaba violentamente a la gente del paso.
El señor termino corriéndose pero para venir hacia a mi y preguntarme lo mismo que a Enzo, pero sinceramente no tenia ganas.
— no, permiso —no me dejo pasa, Enzo ya estaba dentro del hotel y a mi no me faltaba nada para entrar pero el señor me impedía pasar.
— Por favor, solo dos —rogó otra vez, Enzo me llamaba para que me acerque.
— Bueno —dije cansada, el chico se emociono y la gente me encerró en un circulo, la puta madre
— ¿que paso con tu papa? ¿Es cierto que es un narcotraficante? —yo abri los ojos sorprendida, no me dejo responder, tampoco que iba a hacerlo, me hizo otra pregunta que rebalso el vaso.
— ¿te enteraste el apodo que le pusieron a tu bebé? El muertito Fernández.
Yo lo empujo con un brazo y como pude entre al hotel, obvio con ayuda de los guardaespaldas.
