Capítulo 37

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Sentía que me faltaba el aire, como la gente podía ser tan cruel como para hacer o decir eso, me agarro muchísima impotencia y bronca, decidí no contárselo a Enzo o se armara problemas y es lo que menos quiero

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Sentía que me faltaba el aire, como la gente podía ser tan cruel como para hacer o decir eso, me agarro muchísima impotencia y bronca, decidí no contárselo a Enzo o se armara problemas y es lo que menos quiero.

— ¿estas bien, amor? —Enzo me abrazo por los hombros y caminábamos hasta nuestra habitación que ya estaba reservada, el ya había pedido las llaves.

— Si. —me limite a responde, Enzo me miro con las cejas fruncidas pero no pregunto mas.

Llegamos a nuestro cuarto que tenia el numero 46, con Enzo entramos y dejamos que los chicos pasen dejar las maletas, Enzo dio un suspiro largo y cansador y se tiro en la cama.

Espere a que los hombres se vayan, la verdad tenia muchísima paja de acomodar las cosas, al fin al cabo solo estaríamos dos o tres días en el hotel hasta que nos acomodemos otra vez, me acerque a Enzo y me senté cerca de el y comencé a masajear sus hombros.

— todavía no creo toda la mierda que esta pasando. —Enzo dijo, nuestras vidas iban de maravilla, ambos estábamos felices por la llegada de nuestra princesa y de la nada se acabó todo.

— ni yo Enzo, quiero que todo sea un mal sueño. —

— ¿y si lo intentamos otra vez? —Enzo me miro, me sonroje un poco, el se acerco y me dio un suave beso en los labios que poco a poco iba aumentando la intensidad.

Separamos el beso por falta de aire, Enzo me miraba con su mirada profunda, sus ojos brillaban y su respiración se puso agitada, yo estaba perdida en sus ojos, los dos nos mirábamos con ojos de amor.

Enzo me agarró de la cintura y me subió a su regazo, me agarro de la cara para besarme, con una mano me acariciaba la mejilla y con la otra me agarraba del cuello profundizando el beso cada vez más.

Le saque la remera a Enzo, teniendo la hermosa vista de su abdomen marcado, contrólate Camila.

Enzo me saco el top blanco que portaba dejandome en sostén, el bajo la mirada a ellos y lamió su labio inferior y bajo la cabeza hasta ellos, mientras me sacaba el sostén los apretaba y lamía haciendo soltar leves gemidos.

Que se convirtieron en unos mas altos, Enzo me estaba penetrando con fuerza teniéndome en cuatro, apretaba las sabanas con fuerza mientras enzo me tenia agarrada del culo haciendo su hermoso trabajo.

Obviamente no tardo en venirse, se corrió adentro de mi, lo hicimos sin condón y ya sabrán el motivo.

Mis piernas temblaban, Enzo se tomo enserio el romperme toda, creo que no lo decía tan literalmente

Turro | Enzo Fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora