Jisung's pov:
Avergonzado, esa es la palabra que definía completamente mi situación, aunque también cabreado y quizás asustado.
El roce de su lengua pasándose discretamente por mis labios aún seguía vigente, y, al cerrar mis ojos, aún podía sentir la calidez de sus manos masajeando mi cintura. Es lo único que he podido pensar desde esa noche.
Quién sabe hasta donde hubiesemos llegado, aborrecí tanto como agradecí a Ryujin por hacer una mágica aparición, fui salvado por la campana, ni siquiera me importaron las cientas de preguntas que me lanzó ella una vez volvimos al castillo, le contesté en monosílabos, en realidad creo que no le di mucha atención.
La vida se apiadó de mí por un momento, porque Minho se dispuso a dormir tan pronto como tocó la suavidad de su cama, yo no me molesté en acompañarlo como cualquier otra noche habría hecho, quedándome sentado en su escritorio ya sea leyendo o haciendo cualquier otra cosa mientras él trataba de conciliar el sueño. Esa noche solo fui directo a mi habitación y tomé una larga ducha helada, lo necesitaba.
No llegué a procesar del todo la situación hasta que llegó la mañana.
No fui a despertarlo, en lugar de eso, mandé a una mucama a llevarle el desayuno, lo evadí por la mañana excusándome con los preparativos de la próxima cena, por la tarde simplemente me perdí de su vista, encargándome de cumplir con mis tareas sin tener que acercarme a él.
En la noche solo me encerré en mi habitación para por fin meditar lo que había hecho, porque sí, aunque quisiera negarlo, yo también fui partícipe. Quizás él lo inició pero yo en ningún momento me le negué, es más, recordaba con exactitud como meneé mis caderas en su regazo, la forma en la que suspiré derritiéndome entre sus brazos, y cuando abrí mi boca permitiendo que su húmeda lengua empiece a pasearse en mi cavidad bucal como si de un caramelo se tratase.
Había pasado un día entero ignorando todo lo que tenga que ver con él, supe por Ryujin que pidió mi presencia pero tuve la osadía de no obedecerlo.
Perfecto, una raya más al burro, no, es a la cebra, o no sé, lo que sea que sea. Necesito un maldito trago.
En este punto ya no sé qué era peor, que mi familia siga esforzándose con encontrarme, o lo que sea que hayamos empezado Minho y yo.
Lo único que logró tranquilizarme fue el pensamiento de que quizás sus recuerdos no eran muy claros sobre lo que pasó esa noche, es decir, lo vi bastante ido gracias a su ebriedad. Si Dios me concedía ese milagro entonces me volvería la persona más religiosa y empezaría a rezar diariamente.
Ya estoy pensando en idioteces, debería dejar de quejarme y volver al trabajo.
Ese día tocaba entrenamiento a las tropas menores, niños y adolescentes que eran entrenados desde pequeños para volverse guardias reales o soldados para servir a su reino. Es algo que a mí no debería de causarme mucho interés, solo que ese miércoles tocaba el entrenamiento de omegas.
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Condemned | Minsung
FanfictionEl príncipe y alfa Lee Minho encontraba bastante intrigante a su beta, Jisung, contratado no hace mucho por la familia real para servir fielmente al segundo hijo de los reyes. Minho no lograba entender cómo es que un beta podía llegar a atraerlo de...