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—Jisung, como no guardes silencio te dejaré tirado aquí mismo

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—Jisung, como no guardes silencio te dejaré tirado aquí mismo. Me estás rompiendo los tímpanos—regaña Minho al chico que iba siendo cargado por él. Jisung, fanfarruñó antes de guardar silencio y dejar de cantar a todo pulmón las canciones de cuna que solía escuchar de niño. Reposó tranquilamente su mentón sobre el hombro ajeno, aspirar las feromonas del alfa siempre lo tranquilizaban, extrañamente esta vez hacía sentir ansioso a su lobo.

El castaño lo sujetó bien por los muslos y siguió caminando hasta toparse con la habitación del omega. Busca rápidamente las llaves en los bolsillos de Jisung y la abre de una estruendosa patada. Quizás todavía seguía algo enojado por la escena que acababa de presenciar, no fue muy agradable para él.

—Voy a vomitar...—murmura Han al sentir como todo el alcohol ingerido subía por su garganta provocando que sus mejillas se inflen y suelte un desagradable sonido gutural.

—¿Y así me dices borracho a mí?—Minho se apresura a tumbarlo sobre la cama de un rápido movimiento, Jisung gime de dolor cuando su cabeza impacta sobre la suave pieza, siente su cerebro sacudirse. Gruñe tratando de reincoporarse.

—Eres tan malo...

—¿El malo soy yo? ¿Quién se estaba besuqueando con otro tipo?— cuestiona. Respira hondo y toma asiento al lado del menor, este lo mira con un pequeño mohín y sus ojos entrecerrados, tenía sus mejillas rojas, quién sabe si por el alcohol o el reciente recordatorio de lo sucedido.

¿Eso pasó de verdad? Su cabeza era un lío en ese momento, no recordaba con claridad.

Han niega con efusividad, toma sus sábanas y se envuelve con ellas, haciéndose bolita en una esquina de la cama. Su cabeza daba vueltas y no quería hablar más de lo que debía, sentía que en ese momento era capaz de soltar todo sin miedo alguno.

—Eres malo...—vuelve a murmurar, gimotea cuando la mano de Minho se posa sobre su cadera, entonces vuelve a destaparse y lo encara con algo de enojo—me haces sentir así, es tan malo, no debería gustarme tanto, no deberías gustarme—hace un gran esfuerzo para no terminar atropellándose con sus palabras.

Minho lo observa con detenimiento, sintiéndose algo intimidado por la declaración tan repentina. Lo dijo tan simple que le fue difícil procesarlo de esa forma, y al captarlo, se siente mal por no poder confesarle que se sentía igual por él.

—Jisung...—está dispuesto a indagar un poco más en el tema, sin embargo, Han lo mira con desdén y una vez más se vuelve a hacer bolita en sus sábanas.

—Olvídalo.

El castaño suspira. No sabía exactamente cómo era Jisung estando inconsciente pero ya empezaba a hacerse una idea.

—Me quedaré aquí hasta que te duermas—no recibe ninguna respuesta.

Un incómodo silencio se crea en medio de ambos, Minho sabe que Jisung se está quedando dormido al escuchar su respiración apaciguarse.

Condemned | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora