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Jisung's pov.

La tarde llegó más rápido de lo que hubiese querido, y yo estaba con los nervios en punta

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La tarde llegó más rápido de lo que hubiese querido, y yo estaba con los nervios en punta.

Sería patético admitir en voz alta que me causaba ansiedad estar cerca del príncipe, en realidad ya es patético tener que admitirlo para mí mismo, en toda la mañana no he parado de regañarme por mis reacciones ante Minho.

Yo soy mi enemigo número uno.

No me sentí mucho mejor cuando lo volví a ver, yo yacía sentado dentro del carruaje, revisando y reorganizando la agenda con suma concentración, cuando luego de unos minutos las puertas se abren y él ingresa. Quise golpearme por no evitar que mis ojos se paseen por toda su figura, pero exitosamente logré retener un suspiro.

Es vergonzoso aceptarlo pero Minho es de los hombres más preciosos que he visto en toda mi maldita vida, un alfa muy imponente la verdad, emanaba masculinidad solo con caminar, y sé que arranca suspiros de varios omegas y betas a donde sea que vaya. Más de una vez he tenido que lidiar con el celoso de mi lobo por eso.

Tuve que correr mis ojos cuando sentí mi rostro calentarse, no podía tener el descaro de verlo así, menos en un lugar tan pequeño.

Para mi suerte, Minho sabía que el trabajo era de suma importancia para mí, y los momentos en los que estoy ocupado es porque verdaderamente estoy ocupado, agradecía bastante su compresión porque nunca trató de distraerme mientras estaba concentrado.

Pero aún así podía sentir su mirada sobre mí, casi como si siguiese cada uno de mis movimientos, incluso cuando movía mi lápiz para escribir, borrar o simplemente tachar algo. Esto era una tortura.

Seguimos en completo silencio hasta que el cochero nos avisó que ya habíamos llegado al pueblo principal, entonces guardé mi agenda en mi bolso y arregle vagamente mi traje informal. Minho me tendió la mano para ayudarme a bajar, lo cual no fue necesario por lo que pasé de largo sin pararme a mirarlo.

No, no, y no, no más interacciones por hoy.

Lo escuché chasquear la lengua, clara señal de molestia, pero poca importancia le di, me planté delante suyo, dándole la espalda mientras caminábamos al comedor recién hecho.

—Principe Lee, es realmente un honor tenerlo aquí, también a usted, beta Kim.

Ese era el señor Shin, un anciano el cual era dueño de este local. Le sonreí y saludé con formalidad, acto que fue seguido por Minho, en un instante ya tenía al resto de personas haciendo una respetable reverencia ante él.

Luego de unos minutos de charla innecesaria, me retiré dejando a Minho seguir platicando con los auspiciadores del lugar, ya había llegado el rey por lo que seguramente no notaría mi ausencia por unos minutos. Tenía tiempo antes de que empiece la inauguración, así que quise salir a tomar un respiro.

Condemned | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora